El agua, vital y para todos
Cada
1 de septiembre se ha empezado a celebrar esta Jornada Mundial (JM) ecológica que este año en curso tiene por lema el agua. En el Mensaje escribe el Papa:
“deseo
llamar la atención sobre la cuestión del agua, un elemento tan sencillo y
precioso, cuyo acceso para muchos es lamentablemente difícil si no imposible”. Esta
JM fue instituida en 2015 por el papa Francisco y el Patriarca Ortodoxo de
Constantinopla Bartolomé.
El agua es el elemento básico para la vida y
es lo que se busca en otros planetas para encontrar justificar que los humanos
no estamos solos en este cosmos. El agua es básica y desconcertante pues es
necesaria para la vida pero, a la vez, es causa de muchas muertes. Es un afán incuestionable encontrar agua,
incluso en forma líquida, en la Luna, en los planetas del sistema solar nuestro
y en las galaxias.
Las grandes y pequeñas civilizaciones
antiguas se han instalado junto al agua, ya que es el elemento esencial e
imprescindible para la vida. La primitiva civilización asiática estuvo en
Mesopotamia, flanqueada por el Tigris y el Éufrates. La civilización africana
del Imperio faraónico egipcio estaba a lo largo del Nilo. Lo mismo puede
comprobarse con la civilización china o las poblaciones amazónicas. Y si no buscaban el agua dulce de los
ríos se instalan en las costas, a la orilla del mar.
El agua ha sido siempre en la humanidad, también motivo de peleas, discordias y guerras, por el afán de unos "desaprensivos" para hacerse con ella y dejar
al otro sin.La Tierra está
situada en el sistema solar de tal manera que si estuviese un
5 % —ocho millones de kilómetros— más cerca o más lejos del Sol no podría
albergar agua en estado líquido, solo vapor de agua o hielo. Casi el 70% del agua
dulce existente en el planeta Tierra está en los glaciares y mantos de hielo pero es
inaccesible. En cambio, los glaciares continentales son una parte importante de
los recursos hídricos de muchos países. Las aguas
superficiales en lagos, embalses, ríos y humedales suponen solamente el 0,3%
del agua dulce del planeta, sin embargo representan el 80% de las aguas dulces
renovables anualmente de allí su importancia.
Muchos de los países
reunidos en Evian en la XXIXª Conferencia del G-8 se marcaron 2015 como fecha límite para
conseguir el acceso universal al agua en mejores condiciones en todo el mundo.
La mala calidad el agua y el
saneamiento irregular afecta gravemente la salud humana:
solo el consumo de agua contaminada causa 5.000.000 de muertes al año, según
varios informes de la ONU, que declaró 2005-2015 la "Década de la Acción". La OMS estima que la adopción de políticas de agua
segura podría evitar la muerte de 1.400.000 niños al año, víctimas de diarrea. Hay 50 países que reúnen a casi un
tercio de la población mundial y carecen de un adecuado suministro de agua.
Francisco en el Mensaje de este año escribe
que “La
situación ambiental, tanto a nivel global como en muchos lugares concretos, no
se puede considerar satisfactoria”. El Mensaje invita a prestar atención en el
cuidado de mares y océanos. Es conocido el invento de un “científico” que a sus
16 años quedó impactado cuando buceando, vio más plásticos que peces. Dice Greenpeace que son unos 8 millones de Tm anuales las
vertidas por el hombre.
Desde luego que hay muchas soluciones para
resolver el problema de la contaminación del agua que, entre otras ciencias,
ofrece la Bioquímica pues hay bacterias que se comen el plástico.
Pero cabe esperar que el "animal racional” quiera comportarse en los mares y
ríos como en algunas de esas ciudades en las que no ves un papel por el suelo,
pero porque tienen la educación cívica esperada de no tirarlos al suelo.
El agua es tan básica en la vida natural de los humanos como
en la sobrenatural, de la que también participa el hombre. En el último día,
el más solemne de la fiesta, estaba allí Jesús y clamó: "Si alguno
tiene sed, venga a mí, y beba quien cree en mí. Como dice la Escritura,
brotarán de su seno ríos de agua viva". Dijo esto del Espíritu que
iban a recibir los que creyeran en él (Jn 7, 37-39). La
vida cristiana, el encuentro con Cristo, empieza con el agua bautismal con la
que Dios hace de las suyas. El agua es vital y por eso tan importante para el papa Francisco que clama por el uso racional del agua en su “encíclica verde” donde escribe: “El suelo, el agua,
las montañas, todo es caricia de Dios” (n.
84) y por eso dedica todo un apartado en el cap 1 para nuestra consideración:
“Un problema particularmente
serio es el de la calidad del agua disponible para los pobres, que provoca
muchas muertes todos los días” (n. 29). “Mientras se deteriora constantemente la calidad del agua disponible, en
algunos lugares avanza la tendencia a privatizar este recurso escaso,
convertido en mercancía que se regula por las leyes del mercado (…) se advierte
un derroche de agua no sólo en países desarrollados, sino también en aquellos
menos desarrollados que poseen grandes reservas” (n. 30).
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