sábado, 1 de septiembre de 2018

IV JM POR EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN

El agua, vital y para todos

Cada 1 de septiembre se ha empezado a celebrar esta Jornada Mundial (JM) ecológica que este año en curso tiene por lema el agua. En el Mensaje escribe el Papa: “deseo llamar la atención sobre la cuestión del agua, un elemento tan sencillo y precioso, cuyo acceso para muchos es lamentablemente difícil si no imposible”. Esta JM fue instituida en 2015 por el papa Francisco y el Patriarca Ortodoxo de Constantinopla Bartolomé.

El agua es el elemento básico para la vida y es lo que se busca en otros planetas para encontrar justificar que los humanos no estamos solos en este cosmos. El agua es básica y desconcertante pues es necesaria para la vida pero, a la vez, es causa de muchas muertes. Es un afán incuestionable encontrar agua, incluso en forma líquida, en la Luna, en los planetas del sistema solar nuestro y en las galaxias.

Las grandes y pequeñas civilizaciones antiguas se han instalado junto al agua, ya que es el elemento esencial e imprescindible para la vida. La primitiva civilización asiática estuvo en Mesopotamia, flanqueada por el Tigris y el Éufrates. La civilización africana del Imperio faraónico egipcio estaba a lo largo del Nilo. Lo mismo puede comprobarse con la civilización china o las poblaciones amazónicas. Y si no buscaban el agua dulce de los ríos se instalan en las costas, a la orilla del mar.

El agua ha sido siempre en la humanidad, también motivo de peleas, discordias y guerras, por el afán de unos "desaprensivos" para hacerse con ella y dejar al otro sin.
La Tierra está situada en el sistema solar de tal manera que si estuviese un 5 % —ocho millones de kilómetros— más cerca o más lejos del Sol no podría albergar agua en estado líquido, solo vapor de agua o hielo. Casi el 70% del agua dulce existente en el planeta Tierra está en los glaciares y mantos de hielo pero es inaccesible. En cambio, los glaciares continentales son una parte importante de los recursos hídricos de muchos países. Las aguas superficiales en lagos, embalses, ríos y humedales suponen solamente el 0,3% del agua dulce del planeta, sin embargo representan el 80% de las aguas dulces renovables anualmente de allí su importancia.

Muchos de los países reunidos en Evian en la XXIXª Conferencia del G-8 se marcaron 2015 como fecha límite para conseguir el acceso universal al agua en mejores condiciones en todo el mundo.

La mala calidad el agua y el saneamiento irregular afecta gravemente la salud humana: solo el consumo de agua contaminada causa 5.000.000 de muertes al año, según varios informes de la ONU, que declaró 2005-2015 la "Década de la Acción". La OMS estima que la adopción de políticas de agua segura podría evitar la muerte de 1.400.000 niños al año, víctimas de diarrea. Hay 50 países que reúnen a casi un tercio de la población mundial y carecen de un adecuado suministro de agua.

Francisco en el Mensaje de este año escribe que “La situación ambiental, tanto a nivel global como en muchos lugares concretos, no se puede considerar satisfactoria”. El Mensaje invita a prestar atención en el cuidado de mares y océanos. Es conocido el invento de un “científico” que a sus 16 años quedó impactado cuando buceando, vio más plásticos que peces. Dice Greenpeace que son unos 8 millones de Tm anuales las vertidas por el hombre.

Desde luego que hay muchas soluciones para resolver el problema de la contaminación del agua que, entre otras ciencias, ofrece la Bioquímica pues hay bacterias que se comen el plástico. Pero cabe esperar que el "animal racional” quiera comportarse en los mares y ríos como en algunas de esas ciudades en las que no ves un papel por el suelo, pero porque tienen la educación cívica esperada de no tirarlos al suelo.

El agua es tan básica en la vida natural de los humanos como en la sobrenatural, de la que también participa el hombre. En el último día, el más solemne de la fiesta, estaba allí Jesús y clamó: "Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba quien cree en mí. Como dice la Escritura, brotarán de su seno ríos de agua viva". Dijo esto del Espíritu que iban a recibir los que creyeran en él (Jn 7, 37-39). La vida cristiana, el encuentro con Cristo, empieza con el agua bautismal con la que Dios hace de las suyas. El agua es vital y por eso tan importante para el papa Francisco que clama por el uso racional del agua en su “encíclica verde” donde escribe: “El suelo, el agua, las montañas, todo es caricia de Dios” (n. 84) y por eso dedica todo un apartado en el cap 1 para nuestra consideración:

Un problema particularmente serio es el de la calidad del agua disponible para los pobres, que provoca muchas muertes todos los días” (n. 29). Mientras se deteriora constantemente la calidad del agua disponible, en algunos lugares avanza la tendencia a privatizar este recurso escaso, convertido en mercancía que se regula por las leyes del mercado (…) se advierte un derroche de agua no sólo en países desarrollados, sino también en aquellos menos desarrollados que poseen grandes reservas” (n. 30).

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