Pero defender la vida humana en todas las etapas de
cada persona
La
Plataforma «Sí a la Vida», apoyada
por más de 500 asociaciones y entidades cívicas, convoca a la sociedad civil
española, a celebrar juntos, un año más, el Día Internacional de la Vida, que
se conmemora en todo el mundo cada 25 de marzo, fiesta litúrgica de la concepción (encarnación) de Jesucristo tras la anunciación del arcángel Gabriel a María de Nazaret. Pero este año 2018 al caer en Semana Santa, se
traslada al lunes de la segunda semana de Pascua aunque en Valencia, como ese
día es la solemnidad del Patrono de la Comunitat Valenciana, sant Viçent
Ferrer, se celebró el martes.
En su día el obispo de Little Rock, en Arkansas, Anthony B. Taylor (n.
1954), boicoteó la edición local de la Marcha por la Vida porque
solamente claman contra el aborto y nunca jamás por otros atentados contra la vida como la pena de muerte.
Su postura está basada en la misma idea del Cardenal Joseph Bernardin (+1996 con 68
años), arzobispo de Chicago, quien equiparaba la muerte de niños no nacidos con
otras formas de exclusión social. Ser verdaderamente pro-vida, escribió el
entonces arzobispo de Chicago, en 1984, implica "unir la humanidad de los no nacidos con la humanidad de los
hambrientos: llamar a la acción legal positiva para impedir el asesinato de los
nonatos o los ancianos y a la acción social para dar cobijo a los sin techo y
dar educación a los analfabetos".
Con el tema de la concepción han
surgido, surgen y seguirán surgiendo discusiones pues hay razones fundadas para
las dudas. El famoso y modélico teólogo medieval santo dominico Tomás de Aquino (+1274 con 49 años),
como Aristóteles (+332 aC con 62 años),
defendía la animación retardada del cuerpo concebido pues la “forma” –dice- no
adviene si la “materia” no está predispuesta. Defendía que la animación del
varón es a los 40 días (mes y medio) y la de la mujer a los 3 meses de la
concepción (cf S. Th III (2º) y notas a la “Introd” A, qq 118-119, pp 1043-45).
En otro lugar también dice el Aquinate: “El
embrión, antes de tener alma racional, no es perfecto sino que va hacia la
perfección” (De pot q3 a9 ad10).
A su vez san Anselmo (+1109 con 76 años), benedictino, obispo de Cantorbery decía que “no cabe en cabeza humana afirmar que el embrión esté dotado de alma racional
desde el momento de la concepción”.
La tesis de la animación
inmediata o casi inmediata es del cardenal Ceferino González en 1894.
El Código de Derecho Canónico de 1917 (CIC &747) y el de 1983 (CIC
&871) mandan bautizar absolutamente (no sub
conditione) el feto humano (no dice el embrión) sabiendo por la Ciencia que
lo concebido no es feto hasta los 30 ó 40 días aunque algunos se empeñan el dar
por sentado que feto y embrión son lo mismo. Pero la animación no es un
problema científico sino teológico o metafísico pues lo espiritual (el alma) no
es competencia de la Ciencia.
El
primer apologista latino Minucio Félix
(+260 dC), abogado argelino, llama parricidio al aborto en su obra Octavius de
finales del siglo II: “Hay algunas mujeres que, bebiendo preparados
médicos, extinguen los cimientos del hombre futuro en sus propias entrañas, y
de esa forma cometen parricidio antes de parirlo” (Octavius XXXIII).
El
apologeta cristiano Atenágoras de
Atenas (+190 dC con 57 años) es igualmente tajante en su consideración sobre el
aborto cuando escribió al Emperador Marco Aurelio: “Decimos a las mujeres
que utilizan medicamentos para provocar un aborto que están cometiendo un
asesinato, y que tendrán que dar cuentas a Dios por el aborto… contemplamos al
feto que está en el vientre como un ser creado, y por lo tanto como un objeto
al cuidado de Dios” (Atenágoras, En defensa de los cristianos,
XXXV).
En
la Epístola a Diogneto, escrita al
final del siglo II, se lee que los cristianos “se casan como todos los
demás hombres y engendran hijos; pero no se desembarazan de su descendencia”
(Ep. a Diogneto V, 6). La descendencia puede referirse a fetos o a recién
nacidos. En aquel tiempo ¿cuando se daban cuenta del embarazo?
Tertuliano de Cartago (+220 dC con 60 años) condena el aborto
como homicidio y reconoce la identidad humana del no nacido: “Es un
homicidio anticipado impedir el nacimiento; poco importa que se suprima el alma
ya nacida o que se la haga desaparecer en el nacimiento. Es ya un hombre aquél
que lo será.” (Apologeticum IX, 8).
En
el siglo IV san Basilio (+379 con 49
años), llamado “el grande”, obispo de Cesarea, va incluso más allá al llamar
asesinos no sólo a la mujer que aborta sino a quienes proporcionan lo necesario
para abortar, lo cual sería perfectamente aplicable a quienes fabrican o
prescriben la píldora abortiva: “Las mujeres que proporcionan medicinas
para causar el aborto así como las que toman las pociones para destruir a los
niños no nacidos, son asesinas” (San Basilio, ep 188, VIII).
San Jerónimo (+420 con 73 años), dice: “Algunas,
al darse cuenta de que han quedado embarazadas por su pecado, toman medicinas
para procurar el aborto, y cuando (como ocurre a menudo) mueren a la vez que su
retoño, entran en el bajo mundo cargadas no sólo con la culpa de adulterio
contra Cristo sino también con la del suicidio y del asesinato de niños”
(San
Jerónimo, Carta a Eustoquio).
Magisterio del aborto
La
Iglesia conoce las discusiones actuales sobre el inicio de la vida del hombre,
sobre la individualidad del ser humano y sobre la identidad de la persona. A
ese propósito recuerda las enseñanzas contenidas en la Declaración sobre el
aborto procurado: “Desde el momento en que el óvulo es fecundado, se
inaugura una nueva vida que no es la del padre ni la de la madre, sino la de un
nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo. Jamás llegará a ser humano si
no lo ha sido desde entonces”.
Cabe
que alguno se pregunte: ¿cuando como un huevo frito o pasado por agua, me estoy
comiendo un pollo o una gallina?
El
Magisterio defiende que el fruto de la generación humana, desde el primer
momento de su existencia, es decir, desde la constitución del cigoto, exige el
respeto incondicionado y tratado como persona desde el instante de su
concepción.
Cabe
preguntar por qué no se les da DNI a los concebidos y no nacidos ya que son
personas.
Por otro lado algunos científicos
actuales dicen que no se debe abortar a partir de la semana 18 de gestación,
otros que a partir de la 29. Para algunos esto no tiene que ver con el aborto,
para otros tiene absolutamente que ver y así, por ejemplo, en el Estado de
Nebraska de USA está prohibida esta práctica luego de la semana 20 del
embarazo. En otros Estados o en otros países tener el tema sobre la mesa es lo
habitual.
Para Kanwaljeet Anand,
Director del Laboratorio de Neurobiología del Dolor del Centro de Salud de la
Universidad de Tennessee en Memphis, afirmaba que "durante décadas, el asunto del dolor
fetal ha sido cubierto por las implicaciones que tiene para el aborto".
Los estudios de este científico muestran que los no nacidos sienten dolor entre las semanas 18 y 20 de gestación.
Stuart Derbyshire, psicólogo
y experto en dolor fetal de la Universidad de Birmingham en el Reino Unido dice
que "basar leyes en este tema es
realmente irracional. El aborto no es una cuestión científica. Es un asunto
moral y político. Tratar de hacer que la ciencia responda una pregunta moral es
errado. Es una cobardía de los
legisladores".
En su opinión, diversos
estudios demuestran que los nervios que permiten experimentar el dolor no están
desarrollados sino hasta la semana 26
de gestación, es decir cuando comienza el tercer trimestre. Pero "el dolor no es algo que simplemente resida
en los tejidos nerviosos. Es una experiencia psicológica. Necesita coherencia",
señala.
Mark Rosen, director de la
sección de Anestesia Obstétrica de la Universidad de California, escribió una
carta a los legisladores de Nebraska en la que señalaba que la evidencia
argumentada para la nueva ley es muy débil. Para él los no nacidos experimentan
dolor a partir de la semana 29 de
gestación. "No hay
información que sostenga las conclusiones de la legislatura de Nebraska. Este
es un asunto controvertido porque los datos disponibles no permiten
conclusiones absolutas. Desafortunadamente, hay muchos asuntos emocionales y
políticos en juego aquí", indicaba.
La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) al término de
la 115ª Asamblea Plenaria, el 20 de abril de 2018, ratificó que la postura de
ellos en el debate por el aborto es "una mirada amplia", pero
siempre con la consigna "Vale Toda Vida" y expresó su deseo de que
los argentinos puedan "defender hasta tal punto los derechos humanos, que
no se los neguemos a los más débiles y vulnerables".
Estos
obispos citan al papa Francisco en la exhortación apostólica Gaudete et exsultate, en la que
afirma que "la defensa del inocente
que no ha nacido, por ejemplo, debe ser clara, firme y apasionada, porque allí
está en juego la dignidad de la vida humana, siempre sagrada, y lo exige el amor a cada persona más allá
de su desarrollo. Pero igualmente sagrada es la vida de los pobres que ya han
nacido, que se debaten en la miseria, el abandono, la postergación, la trata de
personas, la eutanasia encubierta en los enfermos y ancianos privados de
atención, las nuevas formas de esclavitud, y en toda forma de descarte".
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