La huelga
feminista del 8 de marzo
El
8 de este marzo es el Día Internacional de la mujer y está prevista una huelga
feminista para reivindicar la brecha salarial y la precariedad laboral.
La
Conferencia Episcopal Española (CEE) da su apoyo total a esas reivindicaciones.
Se trata de apoyar lo civil pero se supone que aprendiendo para lo eclesial.
El
papa Francisco prologando el libro de Mª Teresa Compte, titulado “Diez cosas que el papa Francisco propone a
las mujeres”, escribe que le preocupa que siga existiendo cierta mentalidad
machista en las sociedades avanzadas y en la propia Iglesia.
Es innegable que a día de hoy en
el Vaticano hay una explotación
generalizada de la mujer que allí solo son monjas con trabajos sin paga o sueldos muy bajos. Son
tratadas como simples sirvientas para barrer, cocinar, servir la mesa a los
cardenales, obispos y curas.
“La
mujer, pilar en la edificación de la Iglesia y de la sociedad en América Latina”
es el tema escogido para la Asamblea Plenaria de la Comisión Pontificia para
América Latina (CAL), que tiene lugar en el Vaticano del 6 al 9 de marzo de
2018 y les recibirá el papa Francisco.
En repetidas ocasiones viene recordando
este imperdonable déficit femenino como, por ejemplo, hizo ante 60 obispos de
Latinoamérica reunidos por el CELAM en la Nunciatura apostólica de Bogotá el
jueves 7 de septiembre de 2017. Allí les dijo: “¡La esperanza en América Latina tiene un rostro femenino! (…) Sin las
mujeres la Iglesia del continente perdería la fuerza de renacer continuamente.
Hay una dimensión femenina de la salvación que pasa por María, por la Iglesia,
por madres y abuelas”. De nuevo dijo lo mismo a los obispos de Perú en su viaje pastoral,
el 21 de enero pasado en Lima.
La
historia está llena de quienes han hecho lo que podían por vivir efectivamente
la igualdad de varones y mujeres, liquidando en su vida el menor atisbo de
machismo como hizo Jesús. Juan Pablo II escribía que “Es algo universalmente admitido ¾incluso por parte de quienes se ponen en
actitud crítica ante el mensaje cristiano¾ que Cristo fue el promotor de la verdadera
dignidad de la mujer y de la vocación correspondiente a esta dignidad. A veces
esto provocaba estupor, sorpresa, incluso llegaba hasta el límite del
escándalo; «se sorprendían» los mismos discípulos de Cristo”.
Es
innegable que Dios creador cuenta con las mujeres también para su tarea
redentora. Durante los 20 siglos de cristianismo no son much@s l@s sant@s que
con hechos han promocionado a la mujer pero ha sido solo promoción social,
nunca eclesial hasta ahora.
Jerónimo (+420 con 72 años) que en Roma
contaba con un grupo numeroso de romanas en el Aventino para estudiar la Biblia.
Bonifacio (+755 con 75
años), benedictino irlandés, evangelizador en el centro y norte de Europa, fue el
primer monje que utilizó mujeres colaboradoras.
Sor Rita Piccione, monja agustina, compuso el Via
crucis del Viernes Santo de 2011 en el Coliseo. Era la 3ª mujer a la que un Papa
le encargaba ese texto; en 1993 fue la benedictina Anna Mª Canopi y en 1995 fue
la hermana Moinke de Vries de la comunidad suiza protestante de Grandchamp.
No
estaba bien visto, desde san Pablo, que las mujeres escribieran pero siempre
hubo “lanzadas”. Walburga (+779
con 69 años), benedictina, fue la primera mujer escritora de Inglaterra
y Alemania. Clara de Asís (+1253
con 60 años), fue la 1ª mujer que redactaba una Regla. Hildegarda von Bingen (+1179 con 81 años) fue glosada 2
veces por Benedicto XVI en las catequesis de los miércoles y agradecía el papel
precioso de las mujeres en la Iglesia, a la vez que citaba a Juan Pablo II en
la Carta apostólica Mulieris dignitatem donde se subraya la
importancia del genio femenino.
En
esa Carta Juan Pablo II dejó escrito: Después
del Concilio, Pablo VI expresó también el alcance de este «signo de los
tiempos»; decía: «En el cristianismo, más que en cualquier otra
religión, la mujer tiene desde los orígenes un estatuto especial de dignidad,
del cual el Nuevo Testamento da testimonio en no pocos de sus importantes
aspectos (...); es evidente que la mujer está llamada a formar parte de la
estructura viva y operante del Cristianismo de un modo tan prominente que acaso
no se hayan todavía puesto en evidencia todas sus virtualidades».
En muchas ocasiones Francisco se ha referido al
escaso papel de las mujeres en la Iglesia, ya que no están solo para barrer y
limpiar. Dice que sufre porque están para tareas de servidumbre y no de
servicio.
Sor Carmen Ros |
Pero las mujeres no
tienen cargos de responsabilidad decisoria eclesial. Así la Hermana Mary Melonee que es la primera rectora
de una Universidad Pontificia, la Antonianum, y preside la Sociedad Italiana
para la Investigación Teológica.
Bárbara Jatta es la Directora
de los Museos Vaticanos. Recientemente se ha jubilado Mary Ann Glendon que trabajó en el Vaticano varias décadas, desde
que contara con ella Juan Pablo II para la entonces recién estrenada Academia
Pontificia de Ciencias sociales y desde junio de 2013 miembro del IOR.
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