domingo, 28 de enero de 2018

OTRO ATENTADO TERRORISTA DEL EI

Persecuciones de los cristianos en los siglos V y VI


Nueva "masacre terrorista" de talibanes hoy domingo 28 de enero, estallando una ambulancia bomba en el centro de Kabul, la capital afgana, en la que muere un centenar de personas y ha habido más de 160 heridos. El papa Francisco a las pocas horas de conocerse la noticia, en el rezo del ángelus también rezaba por las víctimas del atentado.

No se trata de justificar nada pero estos lamentables y aborrecibles hechos nos pueden que servir para no olvidar o esconder la historia y pedir perdón por las fechorías de los cristianos. Han estado muchos, muchos siglos, persiguiendo, denigrando, matando; “dejemos” que estos descerebrados del EI lo hagan durante algunas décadas.

En febrero de 2016 colgué algo así “PERSECUCIÓN A LOS PAGANOS. ¿Y tú más?

En la primera década del siglo V (400-409) hay unos cuantos hechos.

San Nicetas, obispo de Remesiana de Dacia (Rumania) desde 366 y durante medio siglo, destruyó el oráculo del dios Dionisio en Vesai.

Los cristianos de Cartago linchaban a los paganos y destruían sus templos y sus ídolos. En Gaza, el obispo local san Porfirio (+421 con 69 años), que actuaba con “manu militari”, ordenó a sus seguidores el linchamiento de los paganos y la demolición de los nueve templos restantes aún activos de la ciudad. El 15º Concilio de Calcedonia ordenaba la ex-comunión (incluso después de su muerte) de los cristianos que aún mantenían buenas relaciones con sus parientes paganos.

San Juan Crisóstomo (+407 con 60 años), monje, patriarca de Constantinopla, envió hordas de monjes vestidos de gris y armados con mazas y barras de hierro para destruir los ídolos de todas las ciudades de Palestina. También recaudó fondos con la ayuda de mujeres cristianas ricas para financiar la demolición de los templos helénicos. En Éfeso ordenaba la destrucción del famoso templo de la diosa Artemis.

En Salamis, Chipre, san Epifanio también persiguieron a los paganos y destruyeron sus templos y santuarios. Epifanio, que era obispo de Salamina, falleció en 403 con casi 90 años; era austero pero agresivo y desmesurado.

Honorio
El emperador occidental Honorio (+423 con 39 años) y Arcadio (+408 con 30 años), su hermano y el emperador de la parte oriental del Imperio, ya que Teodosio el grande fue quien dejó como sucesores a sus dos hijos y el imperio se dividió en Occidente y Oriente, ordenaron que todas las esculturas de los templos paganos fuesen destruidas o retiradas. También se prohibió la propiedad individual de cualquier escultura pagana.

Un decreto imperial ordenaba que se castigasen con pena de muerte la Astrología y todos los métodos de adivinación mientras tanto los obispos dirigían nuevas y duras persecuciones contra los paganos y nuevas quemas de sus libros. Se perseguía también a los jueces que mostraban piedad por los paganos. San Agustín (+430 con 76 años), el obispo de Hipona, masacraba a cientos de protestones paganos en Calama (hoy Guelma) en Numidia (hoy Argelia).

Las dos décadas siguientes (411-422) también son ricas de acontecimientos similares.

En Alejandría, los cristianos, animados por el obispo san Cirilio (+444 con 64 años), unos cuantos días antes de la Paskha judeo-cristiana (Pascua), cortaban en pedazos a la famosa y bella filósofa y matemática Hypatia. Los trozos de su cuerpo, paseados por las calles de Alejandría en manos de la gente cristiana de la ciudad, fueron quemados junto con sus libros. El historiador cristiano Orosius escribió en el 415, año de la lapidación de Hipatia: "Hay templos hoy, que nosotros hemos visto, cuyos estantes para libros han sido vaciados por nuestros hombres". El 30 de agosto dieron comienzo nuevas persecuciones contra todos los sacerdotes paganos del norte de África, que terminaron sus vidas o bien crucificados o bien quemados vivos.

El inquisidor Hypatio, alias "la espada de Dios", exterminaba a los últimos paganos de Bithynia. En Constantinopla, un 7 de diciembre, se despedía a todos los oficiales del Ejército, a los empleados públicos y a los jueces que no eran cristianos.

El emperador Teodosio II declaraba un 8 de junio que la religión de los paganos no era más que "un culto al demonio" y ordenó que todos aquellos que insistiesen en seguir practicándola fuesen castigados con la cárcel y la tortura. Era nieto de Teodosio I y con su religiosidad exacerbada, llegó a perseguir a los herejes nestorianos, a los paganos y a los judíos. Su mujer Eudoxia también intrigó bastante.

Acabando estas décadas de la primera mitad del siglo V, se saqueó el templo de la diosa Atenea (Partenon), protectora y epónima de la ciudad, en la Acrópolis de Atenas y se perseguió a los paganos atenienses. Con el paso de los siglos fue convertido en templo bizantino, iglesia latina y mezquita. En 1687 fue polvorín de los turcos ante el asedio veneciano cuyas bombas hicieron una explosión tal que destruyó la mayor parte del edificio.

Las siguientes dos décadas (430-449) no tienen tampoco desperdicio.

Teodosio
Un nuevo edicto de Teodosio II un 14 de noviembre ordenaba la pena de muerte para todos los herejes y paganos del Imperio y se proclamaba que la única religión legal aparte del Cristianismo era el Judaísmo.

Otra vez Teodosio II emitió un nuevo decreto (31 de enero) contra los paganos, considerando su idolatría como la razón de una reciente plaga. Es conocido como Codex Theodosianus que consta de 16 libros.

Luego los cristianos demolieron todos los monumentos, altares y templos de Atenas, Olympia, y de otras ciudades griegas mientras Teodosio II ordenaba (una vez más) que se quemasen todos los libros no-cristianos. Se demolían todos los templos de Afrodisias (ciudad de diosa Afrodita) y se quemaban todas las librerías de la ciudad. La ciudad se re-nombró como Stavroupolis (Ciudad de la Cruz).

Por entonces se ejecutó, entre otros, al médico Jacobo y al filósofo Gesio. Se torturaba y se encarcelaba a Severiano, Herestios, Zósimo, Isidoro y a otros más. El predicador cristiano Conon y sus seguidores exterminaron a los últimos paganos de la isla de Imbros, en el nordeste del Mar Egeo y se exterminaba en Chipre a los últimos adoradores de Zeus Lavradio.

Acabándose el siglo V se exterminó a la mayoría de paganos de Asia Menor, después de una revuelta desesperada contra el emperador y la Iglesia. Sacerdotes paganos que permanecían escondidos fueron descubiertos, arrestados, escarnecidos, torturados y ejecutados en Alejandría.

Empezando el siglo VI, el emperador cristiano de Constantinopla Anastasio I (491-518) ordenaba la masacre de los paganos en la ciudad árabe de Zoara y la demolición del templo del dios local Theandrites. Anastasio, de tendencia monofisita, también persiguió a los obispos que se negaron a repudiar el concilio de Calcedonia.

Justiniano
El emperador Justiniano (+565 con 83 años), el último emperador romano, y a quien la Iglesia ortodoxa venera el 14 de noviembre, gobernó con la convicción imperial de mantener la unidad civil con la unidad en la fe. Para ello aplicó con fuerza la destrucción total del Helenismo, incluso en la vida civil. Todo muy legal pues decretó una legislación al respecto. El paganismo era activamente reprimido a la vez que Juan de Éfeso cuenta que en Asia Menor se convirtieron unos 70.000 y aceptaron el cristianismo también los hérulos, los hunos de Atila que vivían en el Don, y los tzani del Cáucaso.

Justiniano prohibió los Juegos Olímpicos "alternativos" de Antioquia y ordenó la ejecución en la hoguera, o crucifixión, o despedazar por bestias salvajes o cortando con trozos con cuchillas de acero, de todos aquellos que practicasen la hechicería, la adivinación, la magia o la idolatría y prohibió todas las enseñanzas de los paganos ya que estaba convencido de que sufríann la locura de los Helenos.

Además cerró la Academia de Filosofía de Atenas, donde había enseñado Platón, y confiscó sus propiedades. Hizo que la academia platónica pasara a ser estatal.

También permitió a Juan Asiacus que condenara a muerte a cientos de paganos en Constantinopla y que exterminara el culto a Amón en el desierto libio y los restos del culto a Isis en Egipto. También los judíos sufrieron al verse restringidos sus derechos civiles y religiosos y el emperador hasta osó interferir en asuntos internos de la sinagoga y prohibió el uso de la lengua hebrea en el culto divino. En Constantinopla presenció la ejecución de algunos maniqueos: unos quemados, otros ahogados.

Justiniano ordenaba al terrible inquisidor Amancio que fuese a Antioquia para encontrar, arrestar, torturar y exterminar a los últimos paganos de la ciudad así como para que incendiase todas las bibliotecas privadas.

Acabando el siglo, los cristianos atacaron un templo secreto de Zeus en Antioquia; el sacerdote se suicidó pero se arrestó al resto de los paganos. Todos los prisioneros, incluyendo al vice-gobernador Anatolio, fueron torturados y sentenciados a muerte y arrojados a los leones. Como las fieras no les quisieron atacar, acabaron crucificados. Sus cadáveres fueron arrastrados por las calles por la chusma cristiana y lanzados a un vertedero, sin ningún tipo de entierro.

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