Sin miedo al progreso
El trans - humanismo es un movimiento cultural e intelectual internacional que tiene como eventual
objetivo transformar la condición
humana mediante el desarrollo y
fabricación de tecnología ampliamente disponible, que mejore las
capacidades humanas, tanto a nivel físico como psicológico o intelectual.
Buscar mejorar o desarrollar cualquier
cosa, también el homínido sapiens sapiens,
no solamente hay que tolerarlo sino, al revés, colaborar cada uno de acuerdo
con sus capacidades y talentos. El progreso de la humanidad es tarea de todos y
no solamente de unos pocos.
Pero como siempre, ronda el peligro de
degradar el uso y caer en el abuso, por exceso, así como en el inmovilismo
físico y mental, por defecto.
Por eso los pensadores trans-humanistas
estudian los posibles beneficios y peligros de las nuevas tecnologías que
podrían superar las limitaciones humanas fundamentales. Especulan sosteniendo
que los seres humanos pueden llegar a ser capaces de transformarse en seres con
extensas capacidades, merecedores de la etiqueta “posthumano”.
El significado contemporáneo del
término trans-humanismo fue forjado por uno de los primeros
profesores de futurología, Fereidoun
M. Esfandiary, alrededor de 1960, cuando comenzó a identificar a las personas
que adoptan tecnologías, estilos de vida y visiones del mundo transicionales.
Influenciado por trabajos y obras
primarias de ciencia ficción, la
visión trans-humanista de una futura humanidad diferente ha atraído a muchos
partidarios y detractores de una amplia gama de perspectivas. Francis Fukuyama lo valora como «la idea más peligrosa del
mundo», mientras que Ronald Bailey considera que es un «movimiento que
personifica las más audaces, valientes, imaginativas e idealistas aspiraciones
de la humanidad».
Algunos autores consideran que la
humanidad ya es actualmente trans-humana, porque los progresos médicos en los
últimos siglos han alterado de manera significativa nuestra especie.
Yo
me pregunto que si no puede considerarse ya un cambio trans-humano el que se
produjo hace muchos siglos con los homínidos Cromagnon, Neandertal
y Homo sapiens.
Si
esos homínidos fueran especies distintas no se podrían haber cruzado pero los
datos actuales científicos parecen concluir que si se cruzaron pues nosotros,
los sapiens, tenemos un % de genes de
ellos. Sapiens y Neandertal se cruzaron durante unos 40 ó 60 mil años aunque es
reciente la tesis de que ocurrió durante unos 100 mil años.
O bien, me pregunto si no es un
trans-humanismo el paso del hombre de la edad de piedra a la de hierro y luego
a la de bronce. Y no me cuesta nada “ver” los cenizos de entonces que pondrían
el grito en el cielo y clamaban: ¡a dónde vamos a llegar! Descubrir con el
fuego el poder moldear el hierro es fantástico aunque no cabe duda de que
alguno podrá utilizar el hierro para fabricar espadas en vez de arados.
Se
dice que el trans-humanismo viene detrás del post-humanismo que buscaba
progresar deshaciéndose del humanismo medieval heredado y construido con una
religión concreta y creando entonces una cultura que excluye las demás y
elimina a quien piense diferente.
Erasmo de Rotherdam |
Yo
me pregunto, ¿cómo sería el humanismo que en el siglo XVI echaron en falta
Thomas Moore, Luis Vives, Erasmo y tantos otros y que dio pie al Renacimiento?
¿Por qué echaron en falta el humanismo o la cultura greco-romana para restaurar
los valores humanos? Creo que la respuesta es obvia y demuestra que uno puede
pasarse (abusar) con lo sobrenatural y despreciar lo natural. Creo que no puede
dejar indiferente a ningún creyente y practicante lo que escribió el papa
emérito Benedicto XVI, tan comedido en sus enseñanzas, en la Encíclica “Dios es
amor” en la que nos dice que “hoy se
reprocha a veces al cristianismo del pasado haber sido adversario de la
corporeidad y, de hecho, siempre se han dado tendencias de este tipo” (DCE,
5).
Por
tanto parece muy acertado y correcto querer “descristianizar” la cultura
occidental europea (o sea la Cristiandad) que durante siglos se estuvo imponiendo
no solo en Europa, incluyendo los pueblos “bárbaros” al norte del Imperio romano,
sino por todo el planeta, arrasando culturas y pueblos aborígenes de los otros
continentes no europeos. Los creyentes misioneros que han sabido hacer bien la
evangelización con la inculturación perfecta, son las
excepciones que las ha habido pero lamentablemente pueden contarse con los
dedos de las manos. Se ha ido implantando esa cultura monopolizante que
inventaron eclesiásticos, dejando el Evangelio en el congelador.
La
idea de los trans-humanizadores es eliminar las diferencias en todos los campos
de la vida: varones y mujeres; ricos y pobres; sabios e ignorantes, creyentes y
no creyentes (en lo que sea), etc… Me pregunto si no es lamentable el haber
contribuido a llegar a la situación actual en la que no todos los hombres son iguales,
que el varón es superior a la mujer y ella es su esclava. No es de recibo mirar
para otro lado cuando unos pocos ricachones (y ladrones la mayoría de ellos)
degradan a los demás humanos, organizando las cosas para que sean millones los
que se mueren a diario de hambre. Etc.
Al
aplicar el trans-humanismo que pide borrar las diferencias, cabe caer en la
trampa del abuso sobre la masculinidad y la feminidad. Borrar las diferencias,
para poner las cosas como Dios quiere, no es llamar al pan frush y al vino
frolo.
Es
necesario reconocer que todas las culturas existentes son buenas pero ninguna
es perfecta; en todas y en cada una está el trigo mezclado con la cizaña. Será
un error morrocotudo el pasarse por el extremo que absolutiza la bondad de cada
cultura y que exige que las culturas no se mezclen y que no se enriquezcan mutuamente;
que se “respeten”. Se ha perdido la noción de la verdadera tolerancia.
Habría
que valorar eso de que antaño las culturas se mezclaban y se enriquecían
mutuamente viendo lo que pasó con la llamada conquista del nuevo mundo con los
católicos españoles y portugueses, o lo que hicieron los anglicanos por esos
mundos de Dios en Norteamérica, en la India, etc…
Genghis Khan |
¿Qué
hizo Atila cuando arrasó toda Europa o Genghis Khan quien desde Mongolia arrasó
gran parte de China, la India y puso sus pies en el Mediterráneo?
Es
muy fuerte la actual gran esperanza de muchos/as aborígenes latinoamericanos han puesto con
el papa Francisco que viene reconociendo el dolor que sufren esas personas por
la voracidad de unos pocos desalmados. Su mensaje circula desde México hasta la
Patagonia. El papa, en su visita a Chiapas -como tantas veces y en
tantos lugares hiciera en su día el anterior papa Juan Pablo II-, pidió perdón
por el maltrato que vienen recibiendo en sus tierras, en sus culturas y en sus personas.
Es
lamentable que los dominicos tuvieran
una época sombría con la Inquisición arrastrados por el orgullo de pensar que eran los dueños de la verdad. Luego solo algunos de la
Universidad de Salamanca
se implicaron en la defensa de la dignidad de los indios nativos del nuevo
continente
y yendo a contracorriente, se plantearan estudiar si los indígenas del nuevo
mundo eran seres humanos o no. Los negros del África subsahariana eran
considerados –sin ninguna duda- inhumanos, unos animales irracionales más.
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