Cada año, el viernes siguiente al
domingo después de la Trinidad Beatísima y 2º después de Pentecostés, la
solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, vulgarmente conocida como “el corpus”,
se celebra esta solemnidad litúrgica introducida por Clemente XIII en 1765 para
celebrar el infinito amor de Dios a todos
los hombres, manifestado en Cristo Jesús. Es litúrgicamente un día
equiparable a un domingo y la Liturgia de la Palabra de ese día se organiza al
ritmo del ciclo A, B o C.
El corazón es humanamente signo
universal de amor y de toda la persona a la que representa. Hablar del corazón
de Jesús, el Dios hecho hombre, no es sentimentalismo, emoción y falta total de
usar la mente. San Juan en su 1ª carta nos recuerda que “nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene”. “Él nos amó y nos
envió a su Hijo”. Corresponder al amor de Dios no es acumular devociones y
actos externos piadosos que no son la finalidad buscada, sino simplemente
medios para llegar a tener los mismos sentimientos de Cristo Jesús.
Como Dios es amor, dice san Juan que
quien no ama, no conoce a Dios pues, como denuncia también ahora el papa
Francisco, pues los hay y los ha habido que usan a Dios para odiar y matar.
Su madre María es Madre de Dios y de la Iglesia pero también discípula de
Cristo, la primera, meditaba todas estas palabras en su corazón y nos las
conservaba, guardándolas en su memoria, para que después, al enseñarlas, fuesen
proclamadas en todas las naciones.
La fe no es algo irracional y por
eso absurdo, sino que brota con fuerza interior el querer entender (hasta donde
se pueda hoy y ahora) lo que se cree.
El título del libro Mente
abierta, corazón creyente, que recoge
las meditaciones de los ejercicios espirituales dirigidos por el papa Francisco cuando era arzobispo de
Buenos Aires, subraya a la importancia del corazón que ha de funcionar
sincronizado con la mente. Es una aberración monstruosa usar solo una de las
dos potencias espirituales del ser humano. Es una verdad innegable que el
corazón entiende cosas que no pilla la inteligencia.
Cleofás, uno
de los dos discípulos a quienes se les apareció Jesús resucitado y les
recriminó su “sordera” y “ceguera”: “Oh
insensatos y duros de corazón”.
Rabano
Mauro
(+856 con 76 años) siendo abad benedictino de Fulda 20 años, fue nombrado
obispo de Colonia, armonizó las artes, la inteligencia, el corazón y los
sentidos, lo cual procedía de Oriente, y lo extendió por Occidente.
María Eugenia de Jesús |
María
Eugenia de Jesús (+1898 con 81
años) llegará a su conversión sedienta del Absoluto y abierta a lo
transcendente. Las predicaciones de dos discípulos de Lamenais (Lacordaire y
Combalot) le removieron el corazón y le ayudaron a encontrar a Cristo. Ingresó en las salesas para luego fundar las religiosas
de la Asunción que se proponen –como los católicos liberales de entonces-
transformar la sociedad desde el Evangelio y unificar todas las ciencias para
el conocimiento y el amor de Jesucristo.
Benedicto
XVI, en el ángelus del 26-XI-2006, solemnidad de Jesucristo rey del universo,
decía: Él es Amor y Verdad, y tanto el
amor como la verdad no se imponen nunca: tocan a la puerta del corazón y de la
mente (…) Esta es la manera de reinar de Dios.
Y hablar del corazón de un ser
humano es hacer referencia a sus virtudes, cualidades, pues no es lo mismo
tener un gran corazón que tenerlo de piedra.
Francisco de Sales |
Francisco
de Sales
(+1622 con 56 años), obispo de Ginebra,
cofundador de las salesas, dejó escrito: "No nos enojemos (…) unos contra otros (…) es posible; por ningún
pretexto des en tu corazón entrada al enojo".
Ya
Bernabé, uno de los doce apóstoles, es alabado por su talante por san
Juan Crisóstomo, que dice de él que "En
todo era excelente (…) se atraía la
simpatía de cuantos le trataban, y arrastraba y cautivaba los corazones".
Domingo
de Guzmán (+1221 con 51 años), sacerdote fundador de los dominicos reconocía que “la violencia es inútil para convencer (…) no se ganan los corazones por
ir elegantemente vestidos, sino con la humildad”.
Thévenet |
María de
san Ignacio
(Claudine) Thévenet, (+1837
con 63 años), fue fundadora de las
Religiosas de Jesús-María. Cuando estalló la Revolución francesa tenía
15 años y al ejecutar a sus dos hermanos, matados por represalia en la caída de
Lyon (1794) se le grabaron en el corazón sus últimas palabras: “Glady, perdona como nosotros perdonamos”.
Eladio (+632), fue
administrador de las finanzas del rey godo (lo que hoy día es el Ministro de
Hacienda) aunque no tenía el corazón en las riquezas y pompas mundanas. Luego
descubrió su vocación, se hizo monje y más tarde siendo abad fue nombrado
arzobispo de Toledo.
La historia de esta devoción al Sdo
Corazón de Jesús tiene más de 800 años aunque nació acabado el primer milenio
del cristianismo. Sus inicios se dieron con la mística alemana del tardo Medioevo
Matilde Magdeburgo (+1282 con 75
años), seguida por Matilde de Hackenborn
(+1299 con 58 años) y por Getrude de
Helfta (+1302 con 36 años). Hermán
José (+1230 con 80 años), monje premonstratense. Lutgarda (+1246 con 64 años), cisterciense, de
Brabante.
Luego,
siglos posteriores, son varios los santos que continuaron promoviendo el culto
al Sagrado Corazón. Entre ellos san Buenaventura, san Alberto Magno, santa
Gertrudis, santa Catalina de Siena, san Pedro Canisio y san Francisco de Sales.
El autor del primer oficio litúrgico en honor del Sagrado Corazón de Jesús fue
san Juan Eudes, y esta fiesta solemne se celebró por primera vez el 20 de
octubre de 1672.
A medida que pasan los siglos, llama la atención la
explosión de personas e instituciones que fomentan la devoción y el empeño de
los últimos papas por darl@s a conocer con sus canonizaciones.
Las asociaciones del Sagrado
Corazón, desde mediados del XVIII, subieron de 1.000 a 100.000. Unas 200
Congregaciones religiosas y varios Institutos seculares se han ido fundando para extender su culto de mil
formas. De modo sucinto se puede hacer un breve elenco histórico o cronológico
de personas e instituciones dedicadas a esta devoción, muy humana, muy divina,
recia y auténtica.
Pero se suele decir que el hito de esta celebración lo marcó
santa Margarita María Alacoque
(+1690 con 45 años), religiosa de la Orden de la Visitación (salesas), quien
recibió varias revelaciones del mismo Jesús para que impulsara más esta
devoción. Revelaciones que luego fueron difundidas por su consejero espiritual,
el jesuita san Claudio de la Colombiere.
Convento de Paray-le-Monial |
Difundió la devoción de los primeros
viernes de mes al Sdo Corazón desde que Él mismo se lo pidiera en la aparición
del 16 junio 1675 en el convento de Paray-le-Monial. Pío XI, al instituir la
fiesta de Cristo Rey, determinó que cada año se renovara la consagración al
Corazón de Jesús de toda la humanidad que él había hecho. En China en 2006 se
construyeron 3 templos dedicados al Sdo Corazón de Jesús.
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