miércoles, 26 de octubre de 2016

IGLESIA Y POLÍTICA

Es tarea de todos

Maduro, Presidente de Venezuela, ha acudido a visitar al papa Francisco casi a escondidas, por sorpresa, el lunes 24 octubre, antes de ayer, con una visita privada siendo un encuentro ante la preocupante situación de profunda crisis política, social y económica de ese país provocada en gran parte por los mandatarios venezolanos.

Recibir a jefes de Estado o embajadores es en el Vaticano el pan nuestro de cada día pues ya hace muchos (demasiados) siglos que los jerarcas se meten hasta las cejas en política y, evidentemente, no están "ordenados" para ello. No era solamente en aquellos siglos medievales en que los papas tenían su poder temporal y las necesidades de la Iglesia eran únicamente las suyas personales.

El papa o los obispos, en cuanto jerarcas, no están para animar a los líderes políticos a hacer el bien, vivir la justicia y respetar la libertad y la dignidad de cada persona humana y de cada grupo social. Otra cosa es que lo hagan como simples bautizados y por tanto sin disfraces ni distintivo alguno. Esa tarea evangelizadora en las calles, en las plazas, en los pasillos, en los lugares de trabajo o diversión, en los parlamentos o en los consejos del mundo de la Economía, es tarea de cada bautizad@. Si los jerarcas o los clérigos se meten en ese rol, están atropellando los elementales derechos humanos religiosos de l@s bautizad@s y promoviendo la teocracia, contraria a la conocida voluntad divina.

Me parece más clara que el agua la enseñanza de Jesús para sus discípulos aunque a algunos les pueda parecer que se quedó corto, que no se enteraba del todo, que … En una ocasión, nos cuenta el evangelista, uno de entre la multitud le dijo: Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo. Pero él le respondió: Hombre, ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros? (Lc 12, 13-14)

¿Quién me ha constituido juez en vuestros litigios? Pero ahí están los papas, también actuales, metidos donde Dios no les llama, resolviendo litigios. No es algo solamente lamentable del Medievo y antes.

Pablo VI, secundando lo que el Espíritu pedía a las Iglesias de cara al tercer milenio, hizo una ceremonia en abril de 1966 en el Capitolio romano diciendo: “No tenemos ya soberanía temporal alguna que afirmar aquí. Conservamos de ella el recuerdo histórico como de una secular, legítima y, en muchos aspectos, próvida institución de tiempos pasados. Pero hoy no sentimos hacia ella añoranza alguna, ni mucho menos secretas pretensiones de reivindicación”. Que si quieres arroz Catalina. Juan Pablo II y Benedicto XVI tampoco hicieron nada en la práctica. Las palabras, también las del papa Montini, se las lleva el viento.

Se cuenta que lo quería llevar a la realidad Juan Pablo I, Albino Luciani, pero fue sucesor brevísimo de Pablo VI. No se sabrá nunca si fue porque durante las primeras dos semanas que vivió como papa, comentaba con sus secretarios, preparando el programa de acción: Tengo la impresión de que la figura del Papa es ensalzada en exceso. Se corre el peligro de caer en el culto a la personalidad, algo que yo no deseo en absoluto (...) ¡Qué hermoso hubiera sido que el Papa hubiera renunciado espontáneamente al poder temporal! Debería haberlo hecho antes. Demos gracias al Señor que así lo ha querido y lo ha hecho” (ACCATTOLI. Mea culpa. Grijalbo 1997).

Mientras tanto conversaban Maduro y Francisco, el Cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, visitaba Madrid para presentar su libro “La Iglesia en Irak”, en la Universidad Eclesiástica de San Dámaso en España. Entre otras muchas cosas, dijo que la Iglesia en Irak no se doblega ante el vencedor de turno. ¿Está diciendo lo mismo que dijo Pedro en Getsemaní la noche del prendimiento? Jesús le amonestó y le dijo al desenvainar la espada que no se enteraba.

Filoni, que fue Nuncio Apostólico en Irak entre el 2001 y 2006, durante el régimen de Saddam Hussein, fue enviado por el Papa Francisco en el 2014 para llevar su ayuda a los más necesitados de Siria e Irak. Una cosa es llevar ayuda a los necesitados y otra pisar los palacios presidenciales para decir lo que hay que hacer.

También, mientras tanto, el nuevo nuncio apostólico en México, Franco Coppola, tras presentar sus credenciales como embajador del Vaticano en México al presidente del país, Enrique Peña Nieto, ha dado una rueda de prensa manifestando su talante diplomático y presentándose como conciliador, acompañante y no enemigo enfrentado, sobre el actual debate mexicano y sus “matrimonios” entre homosexuales. ¿No están incluso mejor preparados para evangelizar algun@s laic@s? ¿Hay que ser nuncio con credenciales para llevar el evangelio a los mandamases de un país?

Así mismo mañana  jueves 27 de octubre se inicia la fase pública del proceso de paz entre el Gobierno Nacional y la guerrilla del ELN, en territorio ecuatoriano. Por ello el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, dijo que una delegación de cinco obispos estará como apoyo acompañando esta fase, indica la web del episcopado. ¿No son Iglesia l@s laic@s?

En marzo de 2015, a propósito del domingo de ramos, colgué algunas historietas reales de la vida misma con defensores del poder temporal de la Iglesia (del papa), de la alianza (un solo cuerpo) entre la Iglesia y el Estado y los "rebeldes" que se han ido oponiendo a ello. Eso de distinguir lo de César y lo de Dios parece ser algo para la vida eterna, no para esta etapa temporal del ser humano. 

Nadie olvida aquel 3 de mayo de 2002 en que el Cardenal Etchegaray, enviado para la ocasión por el papa Wojtyla, aparecía en la prensa mundial junto a Yaser Arafat, con los brazos en señal de victoria en el momento de la liberación en Ramala del líder palestino, tras sus 150 días de “arresto domiciliario” decretado por el gobierno israelí.

Es triste y lamentable que se entiende que la Iglesia solo es el papa y los obispos. En los pueblos es el señor cura párroco que tiene que andar enredando por el ayuntamiento -mientras el templo está cerrado a cal y canto- y encima está convencido que tiene derecho a ello y ésa es la voluntad divina. Los laicos, el 98% de los bautizados están desechados, marginados, olvidados, despreciados; no son buenos cristianos y a Dios gracias que quizá podrán salvarse.

Los fieles laicos –dejó escrito Juan Pablo II- ocupan un puesto concreto, a causa de su «índole secular» que les compromete, con modos propios e insustituibles, en la animación cristiana del orden temporal (Christefideles laici, 36). ¿Cuándo será realidad?

El papel de los ciudadanos no se reduce a emitir un voto y luego dejar que los políticos lo hagan todo ellos solos. Es necesaria la acción de las instituciones intermedias familiares, culturales, sociales, etc. El Estado no ha de hacerlo todo salvo para el comunismo o el socialismo salvaje.

Las llamadas relaciones Iglesia – Estado son todavía un problema por resolver y la primera premisa sería la de aclarar qué se entiende por Iglesia: si son "cuatro gatos", los eclesiásticos o es el pueblo de Dios. Qué es eso de la esfera de la fe; ¿solo el clero? o tod@s l@s bautiza@s.

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