domingo, 6 de marzo de 2016

RECTIFICAR ES DE SABIOS

Tres ejemplos a agradecer:
      ANTONIO ROSMINI
      GEORGES LEMAÎTRE
      ENCUENTRO MASONERÍA E IGLESIA


La mayoría de l@s creyentes saben que el tiempo litúrgico llamado Cuaresma, es un tiempo propicio para la conversión. Ello supone reconocer algo que se hace mal o algo que se omite y tras el dolor moral por ese error surge espontáneo el propósito de enmienda. Para quien tiene sentido común, rectificar es de sabios. Para un soberbio, cabezota y tozudo como una mula, rectificar es ser un chaquetero; allá él.

ANTONIO ROSMINI

Antonio Rosmini
Antonio Rosmini fue un conde, pensador y filósofo italiano, que fundó el Instituto della carità, una Congregación de sacerdotes, y fundó el de las Hermanas de la Providencia rosminianas.

Llamado por el cardenal Saraiva "el gigante de la cultura", ayudó a recuperar la amistad entre la fe y la razón, entre la religión y el comportamiento ético al servicio público de los cristianos.

Murió el 1 de julio de 1855 con 58 años tras pasarse la vida buscando compaginar la Ilustración con la Metafísica actualizada. Atacaba con decisión el empirismo y el escolasticismo formalista.

Uno de los temas interesantes expuestos por el filósofo concierne a su concepción (revolucionaria entonces para muchos) del cuerpo del hombre que entendía como un sentimiento fundamental que le resulta co-esencial y co-existencial. Sin su cuerpo el hombre no es. No es un hombre el que siente y otro el que entiende. Lo moral de ello derivado es importante aunque a alguno le parezca una herejía.

Rosmini opinó sobre el comunismo y el socialismo cuando estos movimientos sociales eran utopías sentimentales, y antes de que Marx y Engels los llevaran a la práctica. Lo que los comunistas pretenden teóricamente −dice Rosmini− hace 19 siglos que el cristianismo lo proclamó teórica y prácticamente. El cristianismo ha enseñado siempre que todas las instituciones sociales deben servir para mejorar la condición material de los hombres necesitados. Sólo que el cristianismo funda su doctrina y su proclamación no en el odio como remedio humano, sino en el amor como solución humana.

León XIII 
Con todo, León XIII en 1887 condenó 40 de sus proposiciones calificándolas de proscritas y réprobas. Sin embargo, Juan Pablo II lo rehabilitó en su encíclica Razón y Fe en 1998, coincidiendo con el inicio de su proceso de beatificación que aprobó Benedicto XVI en 2007. Rectificar es de sabios y es justo hacerlo aunque el interesado lleve muerto más de un siglo.

El 1 de julio de 2001 una «Nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe», firmada por el entonces cardenal Joseph Ratzinger, alejó toda sombra de duda sobre su presunta culpabilidad. Se dice que la expresión "llamada universal a la santidad", de todos los cristianos, también los laicos , hecha por el Concilio Vaticano II, es  literal de Rosmini. Pablo VI le llamó “profeta” por sus iniciativas litúrgicas: le dolía la separación entre los fieles y el clero al ser la Misa en latín.

Juan de Arco
El papa Francisco, el día en que citó a Juana de Arco como santa, en una homilía de la Misa diaria en Santa Marta, y era el aniversario de su nacimiento, el 12 de marzo, recordó que fue quemada viva por hereje por los hipócritas y doctores; y también se refirió a Rosmini, considerándolo otro maltratado con todos sus libros al índice. Era pecado leerlos, y hoy es beato.

GEORGES LEMAÎTRE

Todo el mundo sabe algo de Galileo, Newton o Einstein pero pocos han oído hablar de Georges Lemaître, físico belga y sacerdote católico, el padre de la teoría actual sobre el origen del universo, el llamado Big Bang, la Gran Explosión que habría originado nuestro mundo. Murió en 1996 con 72 años. No fue un sacerdote que se dedicó a la ciencia ni un científico que se hizo sacerdote: fue, desde el principio, las dos cosas.

Desde octubre de 1925, Lemaître fue profesor de la Universidad de Lovaina, abierto y simpático y nada convencional. Tras inventar la teoría de la expansión del universo desde un átomo primitivo, fue a hablar de ello, personalmente, con Einstein en 1927 y con de Sitter en 1928: ninguno de los dos le hizo caso.

Einstein y Eddington
En cambio en 1932 Eddington pronunció en Cambridge una conferencia el día 7 de septiembre ante muchos astrónomos y periodistas presentes, así como el propio Lemaître, refiriéndose a que su hipótesis era una idea fundamental para comprender el universo.

A Einstein le costó en un primer momento aceptar lo de la expansión del universo porque por sus ideas religiosas, al otorgar un carácter divino al universo, le costaba admitir que el universo fuera cambiando con el tiempo. Los mismos motivos le llevaron a rechazar la teoría del átomo primitivo. Einstein no era el único científico que sufría los efectos del síndrome Galileo.

Einstein y Lemaître
El 22 de noviembre de 1951, Pío XII pronunció una famosa alocución ante la Academia Pontificia de Ciencias en el que parece sugerir que la ciencia, y en particular los nuevos conocimientos sobre el origen del universo, prueban la existencia de la creación divina. Lemaître, que en 1960 sería nombrado Presidente de esa Academia Pontificia, pensó que era conveniente clarificar la situación para evitar equívocos, y habló con el jesuita Daniel O'Connell, director del Observatorio Vaticano, y con los Monseñores dell'Acqua y Tisserand, acerca del próximo discurso del Papa sobre cuestiones científicas. El 7 de septiembre de 1952, Pío XII dirigió un discurso a la asamblea general de la Unión astronómica internacional y evitó sacar consecuencias que pudieran prestarse a equívocos.

Para Lemaître, el científico cristiano debe dominar y aplicar con sagacidad la técnica especial adecuada. Tiene los mismos medios y la misma libertad de espíritu que su colega no creyente. Sabe que todo ha sido hecho por Dios, pero sabe también que Dios no sustituye a sus criaturas. La actividad divina omnipresente se encuentra por doquier esencialmente oculta. La revelación divina no enseña aquello que el hombre es capaz de descubrir por sí mismo. El científico prescinde de su fe en su trabajo, no porque esa fe pudiera entorpecer su investigación, sino porque no se relaciona directamente con su actividad científica. Son palabras pronunciadas el 10 de septiembre de 1936 en un Congreso celebrado en Malinas.

ENCUENTRO MASONERÍA E IGLESIA

Ravasi con Francisco
Según parece, el cardenal Ravasi, jefe del Pontificio Consejo para la cultura,  ha publicado en la prensa italiana una carta a los “queridos hermanos masones” pidiéndoles dejar de pelearse y anatematizarse, y empezar un sincero diálogo con el fin de superar la actitud de ciertos ambientes integristas católicos. En la red ya hay unos cuantos de estos.

“Puentes y no muros” son las palabras de Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco que suenan. Ravasi, elegido por Benedicto XVI para el llamado “Atrio de los Gentiles”, ahora no solamente dialoga con las religiones, sino que tiende puentes hacia una sociedad secreta destructiva y anticristiana, la masonería.

Stefano Bisi
El Gran Maestro del Grande Oriente de Italia, Stefano Bisi, ha dicho en la prensa italiana: “Me alegra saber que ha hablado de la Masonería sin prejuicios y con la amplia visión cultural que lo caracteriza, y que, más allá de las aclaraciones y de la posición oficial y escrita de la Iglesia ampliamente conocida, ha reconocido, sin ideas preconcebidas, que entre estas dos realidades existen también valores comunes que nos unen y que, sin embargo, no anulan los diferentes puntos de vista y las marcadas diferencias”.

La masonería española saca pecho de lo que considera un “avance”. En el boletín que envían a la prensa semanalmente, la Gran Logia de España señalan que “el Vaticano llama a un diálogo con la Masonería basado en los “valores comunes”.

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