ANTONIO
ROSMINI
GEORGES LEMAÎTRE
ENCUENTRO
MASONERÍA E IGLESIA
La
mayoría de l@s creyentes saben que el tiempo litúrgico llamado Cuaresma, es un
tiempo propicio para la conversión. Ello supone reconocer algo que se hace mal o
algo que se omite y tras el dolor moral por ese error surge espontáneo el propósito
de enmienda. Para quien tiene sentido común, rectificar es de sabios. Para un
soberbio, cabezota y tozudo como una mula, rectificar es ser un chaquetero; allá
él.
ANTONIO
ROSMINI
Antonio Rosmini |
Antonio Rosmini fue un conde, pensador y filósofo italiano, que
fundó el Instituto della carità, una Congregación de sacerdotes, y fundó el de las Hermanas
de la Providencia rosminianas.
Llamado
por el cardenal Saraiva "el gigante de la cultura", ayudó a recuperar
la amistad entre la fe y la razón,
entre la religión y el comportamiento ético al servicio público de los
cristianos.
Murió el 1 de julio de
1855 con 58 años tras pasarse la vida buscando compaginar la Ilustración con la
Metafísica actualizada. Atacaba con decisión el empirismo y el escolasticismo
formalista.
Uno de los temas interesantes expuestos por el filósofo
concierne a su concepción (revolucionaria entonces para muchos) del cuerpo del
hombre que entendía como un sentimiento fundamental que le resulta co-esencial
y co-existencial. Sin su cuerpo el hombre no es. No es un hombre el que siente
y otro el que entiende. Lo moral de ello derivado es importante aunque a alguno le parezca una herejía.
Rosmini opinó sobre el comunismo y el socialismo
cuando estos movimientos sociales eran utopías sentimentales, y antes de que Marx y Engels los
llevaran a la práctica. Lo que los comunistas pretenden teóricamente −dice
Rosmini− hace 19 siglos que el cristianismo lo proclamó teórica y
prácticamente. El cristianismo ha enseñado siempre que todas las instituciones
sociales deben servir para mejorar la condición material de los hombres necesitados.
Sólo que el cristianismo funda su doctrina y su proclamación no en el odio como
remedio humano, sino en el amor como solución humana.
León XIII |
Con
todo, León XIII en 1887 condenó 40 de sus proposiciones calificándolas de
proscritas y réprobas. Sin embargo, Juan Pablo II lo rehabilitó en su
encíclica Razón y Fe en 1998, coincidiendo con el inicio de su proceso de
beatificación que aprobó Benedicto XVI en 2007. Rectificar es de sabios y es justo
hacerlo aunque el interesado lleve muerto más de un siglo.
El
1 de julio de 2001 una «Nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe»,
firmada por el entonces cardenal Joseph Ratzinger, alejó toda sombra de duda
sobre su presunta culpabilidad. Se dice que la expresión "llamada universal a la santidad", de todos los cristianos,
también los laicos , hecha por el Concilio Vaticano II, es literal de Rosmini. Pablo VI le
llamó “profeta” por sus iniciativas litúrgicas: le dolía la separación entre
los fieles y el clero al ser la Misa en latín.
Juan de Arco |
El
papa Francisco, el día en que citó a Juana de Arco como santa, en una homilía de la Misa diaria en Santa Marta, y era el aniversario de
su nacimiento, el 12 de marzo, recordó que fue quemada viva por hereje por los
hipócritas y doctores; y también se refirió a Rosmini, considerándolo otro
maltratado con todos sus libros al índice. Era pecado leerlos, y hoy es beato.
GEORGES LEMAÎTRE
Todo
el mundo sabe algo de Galileo, Newton o Einstein pero pocos han oído hablar de Georges Lemaître, físico
belga y sacerdote católico, el padre de la teoría actual sobre el origen del
universo, el llamado Big Bang, la Gran Explosión que habría originado nuestro
mundo. Murió en 1996 con 72
años. No fue un sacerdote que se dedicó a la
ciencia ni un científico que se hizo sacerdote: fue, desde el principio, las
dos cosas.
Desde
octubre de 1925, Lemaître fue profesor de la Universidad de Lovaina, abierto y
simpático y nada convencional. Tras
inventar la teoría de la expansión del universo desde un átomo primitivo, fue a
hablar de ello, personalmente, con Einstein en 1927 y con de Sitter en
1928: ninguno de los dos le hizo caso.
Einstein y Eddington |
En cambio en 1932 Eddington pronunció en Cambridge una conferencia el día 7 de septiembre ante muchos astrónomos y periodistas presentes, así como el
propio Lemaître, refiriéndose a que su hipótesis era una idea fundamental para
comprender el universo.
A
Einstein le costó en un primer momento aceptar lo de la expansión del universo porque por sus ideas religiosas, al otorgar un carácter
divino al universo, le costaba admitir que el universo fuera cambiando con el
tiempo. Los mismos motivos le llevaron a rechazar la teoría del átomo
primitivo. Einstein no era el único científico que sufría los efectos del
síndrome Galileo.
Einstein y Lemaître |
El 22
de noviembre de 1951, Pío XII pronunció una famosa alocución ante la Academia
Pontificia de Ciencias en el que parece sugerir que la ciencia, y en particular
los nuevos conocimientos sobre el origen del universo, prueban la existencia de
la creación divina. Lemaître, que en 1960 sería nombrado Presidente de esa
Academia Pontificia, pensó que era conveniente clarificar la situación para
evitar equívocos, y habló con el jesuita Daniel O'Connell, director del
Observatorio Vaticano, y con los Monseñores dell'Acqua y Tisserand, acerca del
próximo discurso del Papa sobre cuestiones científicas. El 7 de septiembre de
1952, Pío XII dirigió un discurso a la asamblea general de la Unión astronómica
internacional y evitó sacar consecuencias que pudieran prestarse a equívocos.
Para Lemaître, el científico cristiano debe dominar y aplicar con sagacidad la técnica
especial adecuada. Tiene los mismos medios y la misma libertad de espíritu que
su colega no creyente. Sabe que todo
ha sido hecho por Dios, pero sabe también que Dios no sustituye a sus
criaturas. La actividad divina omnipresente se encuentra por doquier
esencialmente oculta. La revelación divina no enseña aquello que el hombre es
capaz de descubrir por sí mismo. El científico prescinde de su fe en su
trabajo, no porque esa fe pudiera entorpecer su investigación, sino porque no
se relaciona directamente con su actividad científica. Son palabras
pronunciadas el 10 de septiembre de 1936 en un Congreso celebrado en Malinas.
ENCUENTRO
MASONERÍA E IGLESIA
Ravasi con Francisco |
Según
parece, el cardenal Ravasi, jefe del Pontificio Consejo para la cultura, ha publicado en la prensa italiana una carta
a los “queridos hermanos masones” pidiéndoles dejar de pelearse y
anatematizarse, y empezar un sincero diálogo con el fin de superar la actitud
de ciertos ambientes integristas católicos. En la red ya hay unos cuantos de
estos.
“Puentes y no muros” son las palabras de Juan Pablo II,
Benedicto XVI y Francisco que suenan. Ravasi, elegido por Benedicto XVI para el
llamado “Atrio de los Gentiles”, ahora no solamente dialoga con las religiones,
sino que tiende puentes hacia una sociedad secreta destructiva y anticristiana,
la masonería.
Stefano Bisi |
El Gran Maestro del Grande Oriente de Italia, Stefano Bisi,
ha dicho en la prensa italiana: “Me alegra saber que ha hablado de la Masonería
sin prejuicios y con la amplia visión cultural que lo caracteriza, y que, más
allá de las aclaraciones y de la posición oficial y escrita de la Iglesia
ampliamente conocida, ha reconocido, sin ideas preconcebidas, que entre estas
dos realidades existen también valores comunes que nos unen y que, sin embargo,
no anulan los diferentes puntos de vista y las marcadas diferencias”.
La masonería española saca pecho de lo que considera un
“avance”. En el boletín que envían a la prensa semanalmente, la Gran Logia de
España señalan que “el Vaticano llama a un diálogo con la Masonería basado en
los “valores comunes”.
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