Tema abierto para el Año de la fe
Este Año de la Fe proclamado por Benedicto XVI (hoy papa emérito) y que durará hasta
la solemnidad de Cristo Rey, a finales de noviembre de 2013, constituye una
buena ocasión para reflexionar sobre algo que hoy día sigue siendo muy
problemático: las relaciones entre la Ciencia y la Fe. Hacen mucho ruido los que tienen una visión antagónica de ambas realidades: «o Fe o Ciencia».
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Manuel Casado Velarde |
Manuel Casado Velarde, Catedrático universitario de Lengua
española (Zenit.org,
03 de enero de 2013), muestra que se trata de una falsa alternativa; que Fe y
Ciencia no solo no son incompatibles, sino que reclaman una relación de armonía
y de colaboración.
Es sabido –dice- que la Ciencia experimental moderna nació y se ha
desarrollado en la Europa cristina occidental; es decir, la Ciencia moderna
posee una indiscutible matriz cultural cristiana.
Muchos de los protagonistas
de su inicio y desarrollo han sido hombres de fe como Copérnico, Galileo,
Newton, Volta, Ampère, Cauchy, Faraday, Kelvin, Maxwell, Plank, Millikan,
Marconi o Lemaître, entre otros muchos. Este hecho nos lleva, al menos, a
pensar que la ciencia no tiene por qué ser un obstáculo para la profesión de la
fe. Es cierto que también hay científicos agnósticos y ateos.
Darwin, por ejemplo, parece que fue evolucionando a lo largo de su
vida, pasando de ser una persona de fe en los años de su juventud, a vivir en
un agnosticismo, de contornos poco definidos, en los años de su madurez (S.
Collado).
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Carlo Rubbia |
Pero, además de que la Ciencia no es obstáculo para profesar la
Fe, muchos científicos han encontrado en la Fe un estímulo para el ejercicio de
su ciencia. A este respecto son muy significativas las palabras del físico
italiano Carlo Rubbia (Nobel de física en el año 1984) en una entrevista
publicada en el Neue Zürcher Zeitung en 1992: «Cuando enumeramos galaxias o probamos la existencia de partículas
elementales, probablemente no estamos demostrando la existencia de Dios. Pero
como científico y estudioso me impresionan profundamente el orden y la belleza
que encuentro en el cosmos y dentro de los fenómenos materiales. Y como
observador de la naturaleza no puedo rechazar la noción de que aquí hay un
orden superior de cosas. Encuentro absolutamente inaceptable la idea de que
todo sea el resultado de la coincidencia o una mera diversidad estadística.
Aquí existe una inteligencia superior, por encima y más allá de la existencia
misma del Universo».
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Antony Flew |
Por otra parte, famosos ex-ateos como Antony Flew (1923-2010),
autor del libro Hay un Dios: Cómo el ateo
más influyente del mundo cambió de opinión, o agnósticos en su momento
como Francis Collins (conocido por haber dirigido el Proyecto Genoma Humano)
reconocen el papel que la Ciencia ha tenido en sus respectivas conversiones. El
primero de ellos, Antony Flew, que fue marxista, determinista y ateo militante,
escribió que «el mayor descubrimiento de
la Ciencia moderna es Dios».
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Francis Collins |
Por su parte, el investigador responsable de la secuenciación del
genoma humano, el citado Collins, declaró ya hace algunos años: «Me sorprendió la elegancia del código
genético humano. Me di cuenta de que había optado por una ceguera voluntaria y
era víctima de la arrogancia por haber evitado tomar en serio el hecho de que
Dios podría ser una posibilidad real». Después de esto, Collins ha llamado
al ADN humano «el lenguaje de Dios».
Se han realizado algunos estudios, sobre todo de carácter
estadístico, y mediante encuestas, sobre el papel que la religión desempeña en
la vida de prestigiosos científicos actuales. En uno de ellos, centrado en
biólogos que trabajan en universidades de élite de los Estados Unidos, se
concluía que sólo un 10% de los encuestados (149 biólogos expertos en
evolución) veían conflicto entre la ciencia que practicaban y las creencias
religiosas.
Otro estudio más reciente y extenso sobre la «religiosidad» de los
científicos lo han realizado Elaine Howard Ecklund y Elizabeth Long. En este
caso, el número de encuestados fueron 275 científicos de 21 universidades top
en Estados Unidos. Las autoras muestran su sorpresa ante el hecho, inesperado
para ellas, de que la mayoría de los científicos encuestados se consideraban a
sí mismos como personas «espirituales». En definitiva, la Ciencia invita a
hacerse planteamientos de tipo religioso, aunque a esto se le llame simplemente
planteamientos de tipo espiritual. A lo que no parece que invite es al ateísmo
(S. Collado).
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Paul Davies |
Y es que el postulado fundamental de la Ciencia es la racionalidad
de la Naturaleza, la inteligibilidad del Universo; de otra forma, no habría
motivos para investigar. El físico británico Paul Davies llega a afirmar que la
actitud científica es esencialmente teológica. Incluso el científico más ateo
acepta como un acto de fe la existencia de un orden o ley en la naturaleza que
nos resulta, al menos en parte, comprensible. Más claramente lo expresó C. S.
Lewis refiriéndose a los cristianos pioneros de la Ciencia: «Se convirtieron en científicos porque
estaban buscando leyes en la naturaleza, y buscaban esas leyes porque creían en
un legislador que se las había dado».
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Richard Dawkins |
Para entender hoy las razones del ateísmo “científico” de personas
como Richard Dawkins o Stephen Hawking, conviene tener presente la imagen de
Dios que atacan con su argumentación, que no es otra que la del llamado «Dios
de los agujeros». Este ateísmo considera que, a lo largo de la historia, los
creyentes recurren a Dios cuando se hallan ante algo que no pueden explicar o
controlar: una epidemia o una enfermedad incurable, el tiempo meteorológico,
etc. Los avances científicos, al mostrar que las verdaderas causas de esos
fenómenos son exclusivamente naturales y que se pueden controlar o prever,
irían haciendo innecesario invocar a un ser sobrenatural.
La expresión «Dios de los agujeros» pone, así, de relieve que Dios
resultaría únicamente un recurso para rellenar aquellos huecos del conocimiento
científico que aún existen. Este ateísmo cree (tiene fe en) que la Ciencia
es, en última instancia, capaz de descubrir las causas naturales que explican
todos los fenómenos; es decir, que la Ciencia acabará con los agujeros
epistemológicos y terminará enterrando a Dios.
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Stephen Hawking |
Tampoco yo creo en ese Dios en que no creen Dawkins o Hawking; es
decir, en el «Dios de los agujeros». «Cuanto
más comprendo la Ciencia, más creo en Dios por la maravilla de la amplitud,
sofisticación e integridad de su creación», afirma el matemático John
Lennox, profesor de Oxford. «Lejos de
estar en desacuerdo con la Ciencia, la fe cristiana tiene un sentido científico
perfecto». Para este matemático, también conocido por sus debates públicos
con Richard Dawkins, el estudio del orden racional del universo confirma la fe
cristiana: «Aun así, mis mayores razones
para creer en Dios son, en la parte objetiva, la resurrección de Jesús, y en el
lado subjetivo, mi experiencia personal de Él y de todo lo que ha nacido de mi
confianza en Él».
Al entrar en los detalles de las maravillas que descubren en el
hombre los avances científicos, Lennox utiliza la analogía con unas letras
dibujadas en la arena de la playa: «La respuesta inmediata es reconocer la
acción de un agente inteligente. ¿Cuánto más probable es, por tanto, que haya
un creador inteligente detrás del ADN humano, una colosal base de datos
biológica que contiene no menos de tres mil millones de ´letras´?», argumenta
el matemático.
Puestos a concluir esta breve reflexión acerca de las relaciones
entre Ciencia y Fe –acaba diciendo Casado Velarde-, me gustaría hacerlo
invocando la conocida afirmación del científico más universal, Einstein: la
Ciencia sin la Religión está coja, y la Religión sin la Ciencia está ciega.
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David Jou |
Por su parte, David
Jou, físico y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, declara en una
reciente entrevista (ABC, sábado 9 de marzo de 2013) que “La ciencia sin amor y
espiritualidad, no tiene sentido”. Y añade: “sólo con justicia, sin ciencia en
cien años, el mundo ganaría mucho”.
Este físico atípico, poeta, entendido en
el Universo, en la termodinámica de procesos irreversibles, en física cuántica
y tantas otras materias, refiriéndose a Hawking y a sus colegas, afirma que
también tienen un creador porque divinizan las leyes físicas mientras que sus
conocimientos de religión son muy escasos y sus consideraciones religiosas son
muy frívolas.
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