¿Qué está pasando?
El 4 enero 2011 saltó la chispa cuando Mohamed Bouazizi, joven tunecino de 27 años, decidió quemarse “a lo bonzo” públicamente, en protesta por una actuación injusta de la policía al incautarle su único medio de vida. Había estudiado pero no encontraba trabajo, así que compró unas verduras para venderlas y la policía se las incautó porque no tenía permiso.
Las protestas, que pasarán a la historia con el nombre de “Revolución de los jazmines” provocaron el final del régimen tunecino de Zine El Abidine Ben Ali, quien tuvo que abandonar el país.
Rápidamente, el movimiento se extendió a Egipto, donde un millón de personas se manifestaron durante días en la plaza Tharir de El Cairo. La llamada “Revolución de los jóvenes” forzaba la dimisión de Hosni Mubarak el 11 de febrero.
El fuego se expandía hacia donde lo llevaba el viento y se sucedían las protestas, con represiones más o menos violentas, en Marruecos, Argelia, Libia, Yemen, Barein, Iran, etc.
En Egipto, como la Junta Militar que gobernaba no eliminó a los compinches de Mubarak, que seguían ocupando los puestos de gobierno más importantes (Exteriores, Interior y Defensa), el dirigente de los Hermanos Musulmanes (el mayor partido de la oposición) Essam el Erian convocaba otra manifestación de un millón para el viernes 25 de febrero.
En Libia, Gaddafi no se rinde a la voluntad del pueblo y se atreve a utilizar armas militares tras haber perdido el control de la Cirenaica (Tobruck, Bengasi y Albayda), al este del país. Antes del contraataque para recuperar lo perdido, la FIDH (Federación Internacional de Derechos Humanos) daba la cifra de más de 600 muertos (más del doble de los datos oficiales) y el libio Sayed al Shanuka, miembro del CPI (Corte Penal Internacional), hablaba de 10 mil. En Trípoli fueron ejecutados 18 pilotos de combate por negarse a atacar a la población civil.
El rey de Baréin, país donde no se puede iniciar la temporada de F1 por la tensión social de estas semanas, ha liberado a un centenar de presos políticos y 23 chiíes condenados por terrorismo y procurar así acallar las protestas. Quedan todavía unos 400 presos políticos.
El rey saudí Abdalá Bin Albdelaziz ha prometido a su pueblo aumentar a 10.000 millones de dólares el Fondo de Desarrollo Inmobiliario como paquete de ayudas sociales que calmen los ánimos. Tiene 86 años y lleva meses fuera de su país por estar en USA sometido a una operación el 24 de nov 2010 y desde el 22 de enero vive en Marruecos recuperándose.
No hay comentarios:
Publicar un comentario