lunes, 4 de enero de 2010

DIOS NIÑO NACE EN BELÉN

Herodes quería matar al niño


La fiesta de los llamados "reyes magos", es la Epifanía del Señor que quiere decir "manifestación", iluminación, manifestación de Dios a todos los hombres del mundo, a todas las regiones de la tierra, representadas en esos tres “reyes magos”. 

El pecado había dejado a oscuras el camino del hombre sobre la tierra. Jesús es la luz de todas las naciones y ha venido para revelar el amor de Dios a todos los pueblos. Dios ama a cada uno de los hombres, y ha venido a enseñar el camino de la salvación a todos los hombres, sin importar su nacionalidad, su color o su raza. Dice Isaías: “mira, las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor… caminarán los pueblos a tu luz”.


       El poder temporal se inquietó ante la realidad de Dios aunque era un niño recién nacido, indefenso. Siempre el poder temporal se inquieta aunque Dios sigue actuando como un niño indefenso. El hombre, como en la primera hora, está siempre tentado a pensar que Dios es su rival y lo mejor es acabar con Él. El niño nacido en Belén deberá huir con sus padres a país vecino (Egipto) y de adulto acabará crucificado en el calvario.

Por otro lado, no pocos, abusando por el otro extremo del péndulo, creen que efectivamente es rey y rey temporal, no faltaría más, y en nombre de Dios, e investidos –dicen- por la misma divinidad, han inquietado al pueblo, arrasado comarcas enteras y matado a diestra y siniestra.

La civilización del siglo XX se llama “civilización de la muerte” porque el obrar humano, con sus exterminios o genocidios, asesinatos y abortos, sin contar con las víctimas de desastres naturales que el hombre no ha provocado (tifones, huracanes, terremotos, etc.), ha producido “con sus manos” unos 333 millones de víctimas: lo equivalente a la población de la Unión Europea, a la de una de las dos Américas o a la de África negra.

Aunque la prensa mundial sólo suele referirse al holocausto de los judíos y hace unas décadas sólo a lo del gobierno pinochetista chileno, no hay que olvidar los 25 millones de víctimas en China con la revolución cultural de 1900 y los otros 30 millones de la posterior de Mao Tse-tung. Así mismo los más de 25/30 millones en Rusia con Stalin y los 10 millones en África con las dictaduras filomarxistas después de la independencia de diversos países africanos. Ya llevamos contados casi 100 millones.

Además los 2 millones en Camboya por Pol Pot, a sumar a los 10 millones de víctimas de la 1GM y los 55 millones de la 2GM (incluidas los 6 millones del holocausto de los judíos). Por otro lado (suma y sigue), fueron 500.000 las víctimas de las guerras civiles en Europa (España, Bosnia, Kosovo), otras 100.000 las víctimas de las guerras civiles en Líbano y en Palestina, sin olvidar otras 500.000 víctimas de las guerras civiles en Asia (India-Pakistán; Vietnam, Corea, Afganistán, etc.).


En total son unos 158 millones de seres humanos exterminados por las armas, a los que hay que sumar otros 175 millones (aprox.) exterminados por el aborto porque si en Italia fueron 3,5 millones en 20 años (de 1978 a 1998), se puede extrapolar esta cifra para otros 50 países.

 A ello habría que seguir sumando los millones de no-nacidos asesinados por la FIVET (no contabilizados entre los abortos), suma y sigue con los niños y adultos que mueren cada año por inanición. Solamente en el llamado “cuerno de África”, la guerra que enfrentaba a Eritrea con Etiopía llevaba provocados a primeros del año 2000, unos 50 mil muertos pero la hambruna -por causa de la guerra y la sequía- se cernía sin piedad sobre la población civil. Europa y USA prometieron 800 mil toneladas de alimentos sin fijar fecha de entrega mientras en Eritrea había 600 mil afectados, en Sudán 75 mil, en Etiopía 8 millones, en Djibuti 100 mil, en Somalia 1,2 millones, en Kenia 2,7 millones y otros 3,4 millones en Uganda, Tanzania, Burundi y Ruanda. La directora entonces del Programa Alimentario Mundial (PAM), Catherine Bertini, enviada especial del Secretario general de Naciones Unidas Kofi Annan visitó la zona para observar cómo la amenaza se cernía sobre 16 millones de personas. ¿Se ha hecho algo? Al final del siglo XX, la cifra es escalofriante.


Entraron en la casa, de rodillas lo adoraron: gesto muy pagano y propio para con los reyes: señal de servilismo. Los cartujos no quieren hacer este gesto ni siquiera ante la Eucaristía pues a Dios no hay que temerle ni rendirle sumisión servil, sino amor filial. A Francisco de Sales le preguntaron cuál era la mejor postura para rezar. El santo obispo de Ginebra, rebosando sentido común, contestó que “depende”: cada uno en la postura en que rece mejor.

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