Celebrando
su Jubileo de la Misericordia
Los Nuncios celebran su Jubileo de la Misericordia |
Con
106 nuncios el sábado 17 sept 2016, cuando celebraban en Roma su Jubileo del
Año de la Misericordia. Francisco les dijo que “la
sede de la Nunciatura Apostólica debe ser verdaderamente la Casa del Papa,
no sólo por la tradicional fiesta anual, sino como lugar permanente, donde toda
la compañía eclesial pueda encontrar apoyo y consejo (…) Vigilen que la Nunciatura no se vuelva
refugio de los amigos y de los amigos de amigos. Huyan
de los chismosos y arribistas".
En la homilía de la
misa matutina en santa Marta ya les dijo algo y en el
discurso en la sala Clementina, Francisco invitó a los diplomáticos vaticanos a "perder
tiempo con los obispos, curas, religiosos y fieles, para escuchar,
enviar mensajes, conocer problemas, lo que no es una elaborada estrategia para recoger informaciones y manipular
la realidad o las personas sino una
actitud de un diplomático de carrera pero también de un pastor capaz de dar
testimonio de Jesús (…) Nunca hay que
alinearse con batallas ideológicas o políticas porque la vigencia de la
Iglesia no depende de las plazas o salones sino de la fidelidad al Señor".
En línea con la Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, Francisco les animó a "salir para verificar que la Iglesia se
encuentre ‘en salida',
ayudando a los obispos, a la cualificación del clero, con presencia concreta
(…) La
Iglesia necesita testimonios del Resucitado y no portadores de currículo (…) pastores y no funcionarios".
Los Nuncios tienen
rango de embajadores porque son representantes del Estado-Ciudad Vaticano y
suelen ser arzobispos. En bastantes países
son el decano del cuerpo diplomático de ese país o nación. El Estado Vaticano
es una estructura teocrática absoluta incluso en este “detalle” en que los
diplomáticos son solo eclesiásticos y no cabe (por ahora) re-plantearse el que
puedan (y deban) ser laicos, simples bautizados con esa profesión diplomática.
Consta que en España hubo Nuncio desde 1577, en
Francia en 1583. En USA en 1893 y en la Federación Rusa en 1994. Con el Reino
Unido se restableció la relación diplomática en 1982, interrumpidas desde Enrique
VIII, hacía 447 años.
Los Estados Pontificios a finales del XVI |
Parece ser que ya en el siglo cuarto, mucho antes
del establecimiento de los Estados pontificios (en sentido estricto),
los Romanos Pontífices, como cabeza de la Santa Sede y por lo tanto
de la Iglesia Católica (lo cual es un error si la Iglesia es el pueblo de Dios),
solían enviar a sus emisarios, no sólo a otras autoridades locales de la
Iglesia y a los Concilios Ecuménicos
o locales, sino también a las autoridades civiles.
Las
actuales estructuras vaticanas, diocesanas, etc., no son algo divino intocable;
no son indicaciones de Cristo ni de los apóstoles y a lo largo de los siglos se
las ha ido cambiando para hacerlas a la necesidad o al gusto de cada
época.
Sólo a partir del siglo XV los embajadores se
convirtieron en representantes permanentes de un Estado soberano como ocurrió
en Milán y Venecia en 1458.
Cuando fue elegido Juan Pablo II en 1978 había
relaciones con 89 países pues Pablo VI las incrementó a esa cantidad desde las
50 que encontró al ser elegido para suceder a Juan XXIII. Hoy son relaciones con
180 estados.
El Cuerpo diplomático y el papa |
Aunque la tarea de los
enviados papales a los diversos países es de muchos siglos atrás, sin embargo
lo del rango de embajadores es algo novedoso que no había existido nunca hasta
1815 en el Congreso de Viena (ayer tarde). Luego en 1961 la Convención también
en Viena mantuvo el privilegio de ser los decanos en ciertos países.
Alumnos de la Pontificia Academia Eclesiástica |
La Pontificia Academia
Eclesiástica que forma a los futuros nuncios, siempre clérigos (hoy por hoy),
se erigió en 1701 (antes de ayer por la tarde). Allí donde no hay relación
diplomática entre un Estado y el Vaticano, el papel del nuncio lo realiza el
llamado Delegado apostólico aunque no goza de inmunidad diplomática ni de
ninguna otra prerrogativa o privilegio.
Hoy el Vaticano es una
Estado - Ciudad desde el principio del siglo XX (ayer noche) cuando se recuperó un poquito de territorio tras la pérdida de los estados pontificios en tiempos
de Pío IX. Históricamente habían sido unos cuantos estados italianos desde el
año 756 aunque, como no existe la generación espontánea, todo procede de algo
pequeño y anterior sembrado sin la apariencia que tendrá al irse desarrollando como ocurre con las semillas y la planta o árbol que brota de ella.
Ya en enero de 2010 colgué un post sobre si el
Vaticano debe seguir siendo o no un estado porque en 2009 se celebró el 80
aniversario del Estado-Ciudad y Correos vaticano editó un sello con los siete
papa que desde 1922 han sido los jefes de Estado.
cuadro de la Donación de Constantino |
Constituida la
diócesis (que decimos hoy) de Roma, su obispo fue recibiendo donaciones de
terrenos y edificios. Lo triste es que aceptara los regalos. Las primeras
posesiones se las llamó Patrimonio de san
Pedro. Ya Constantino regaló al papa “entonces reinante” Silvestre el
palacio lateranense aunque no era suyo sino de su mujer.
En el 554, el
emperador Justiniano, con la Pragmática
Sanción, confería prerrogativas civiles y políticas al papa, cosa que nunca
antes había ocurrido. Luego se le permitió además formar una fuerza militar,
constituyendo un respetable ejército y el papa pasó a ser (nunca antes visto)
pontífice-caudillo. ¡Cuán lejos iba quedando el Evangelio!
Entonces bastantes
papas procedían de las clases dominantes romanas y simultaneaban el mando en la
Iglesia y el de gobernador civil. Un ejemplo notorio es san Ambrosio, arzobispo en Milán (+397), hijo del gobernador del sur de Francia, fue gobernador en el norte de Italia, la Emilia y Liguria, con sede en Milán y fue allí aclamado obispo sin estar bautizado. Luego el papa san Gregorio I, llamado el magno (590-604), que procedía de familia de
patricios. Todo el gran patrimonio de fincas en varios lugares de Italia que
heredó de su padre lo convirtió en monasterios que serán las semillas de los
futuros aunque no muy lejanos Estados pontificios en buena parte de la
península itálica. Todavía en el siglo XVII san Juan de Ribera (+1611), hijo del virrey de Nápoles, fue a la vez el obispo de Valencia y virrey de Valencia.
El nombre legal de
Estados pontificios se debe al papa Esteban II al empezar la segunda mitad del
siglo VIII (hacia el 756) y todo por razones políticas entre Occidente y el
oriental Imperio bizantino. Nada que ver con el Evangelio y con la misión de la
Iglesia fundada por Cristo.
Esteban II (no te lo
pierdas) exhibió un documento convenientemente falsificado por la Curia romana llamado luego «Donación de Constantino». Según
este simulado protocolo (de cuya falsedad hoy no existe ninguna duda, pues ya
quedó demostrada en el siglo XV), Constantino habría cedido al papa Silvestre
I, para sí y sus sucesores, no ya el palacio de Letrán,
lo que en efecto hizo, sino la posesión de toda Italia y la dignidad imperial. Pipino no cayó en la trampa de la
ambición papal.
Actual plano de la ciudad Vaticano |
El papa Inocencio III (1198-1216) dio un impulso decisivo a la consolidación y engrandecimiento
de los Estados Pontificios. Sometió definitivamente al estamento municipal
romano, privó de poderes al senado de la urbe y recuperó el pleno dominio de
aquellos territorios pertenecientes al Patrimonio
de san Pedro que el emperador había entregado a mandatarios germánicos. Por
la fuerza de las armas, precedida de la excomunión eclesiástica, incautó los
territorios en litigio que habían constituido las posesiones de la condesa Matilde de Toscana y que, presumiblemente, habían sido legados como herencia
a la Santa Sede.
Tal como entiendo la
fidelidad a Cristo, no me basta que la llamada Santa Sede se haya instalado en
una ciudad-estado, y detesto el presumir de ser la más pequeña del mundo con
sus 44 ha dentro de Roma.
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