domingo, 18 de septiembre de 2016

LOS NUNCIOS CON FRANCISCO

Celebrando su Jubileo de la Misericordia


Los Nuncios celebran su Jubileo de la Misericordia
Con 106 nuncios el sábado 17 sept 2016, cuando celebraban en Roma su Jubileo del Año de la Misericordia. Francisco les dijo que “la sede de la Nunciatura Apostólica debe ser verdaderamente la Casa del Papa, no sólo por la tradicional fiesta anual, sino como lugar permanente, donde toda la compañía eclesial pueda encontrar apoyo y consejo (…) Vigilen que la Nunciatura no se vuelva refugio de los amigos y de los amigos de amigos. Huyan de los chismosos y arribistas".

En la homilía de la misa matutina en santa Marta ya les dijo algo y en el discurso en la sala Clementina, Francisco invitó a los diplomáticos vaticanos a "perder tiempo con los obispos, curas, religiosos y fieles, para escuchar, enviar mensajes, conocer problemas, lo que no es una elaborada estrategia para recoger informaciones y manipular la realidad o las personas sino una actitud de un diplomático de carrera pero también de un pastor capaz de dar testimonio de Jesús (…) Nunca hay que alinearse con batallas ideológicas o políticas porque la vigencia de la Iglesia no depende de las plazas o salones sino de la fidelidad al Señor".

En línea con la Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, Francisco les animó a "salir para verificar que la Iglesia se encuentre ‘en salida', ayudando a los obispos, a la cualificación del clero, con presencia concreta (…) La Iglesia necesita testimonios del Resucitado y no portadores de currículo (…) pastores y no funcionarios".

Los Nuncios tienen rango de embajadores porque son representantes del Estado-Ciudad Vaticano y suelen ser arzobispos. En bastantes países son el decano del cuerpo diplomático de ese país o nación. El Estado Vaticano es una estructura teocrática absoluta incluso en este “detalle” en que los diplomáticos son solo eclesiásticos y no cabe (por ahora) re-plantearse el que puedan (y deban) ser laicos, simples bautizados con esa profesión diplomática.
Consta que en España hubo Nuncio desde 1577, en Francia en 1583. En USA en 1893 y en la Federación Rusa en 1994. Con el Reino Unido se restableció la relación diplomática en 1982, interrumpidas desde Enrique VIII, hacía 447 años.
Los Estados Pontificios a finales del XVI
Parece ser que ya en el siglo cuarto, mucho antes del establecimiento de los Estados pontificios (en sentido estricto), los Romanos Pontífices, como cabeza de la Santa Sede y por lo tanto de la Iglesia Católica (lo cual es un error si la Iglesia es el pueblo de Dios), solían enviar a sus emisarios, no sólo a otras autoridades locales de la Iglesia y a los Concilios Ecuménicos o locales, sino también a las autoridades civiles.
Las actuales estructuras vaticanas, diocesanas, etc., no son algo divino intocable; no son indicaciones de Cristo ni de los apóstoles y a lo largo de los siglos se las ha ido cambiando para hacerlas a la necesidad o al gusto de cada época.

Sólo a partir del siglo XV los embajadores se convirtieron en representantes permanentes de un Estado soberano como ocurrió en Milán y Venecia en 1458.
Cuando fue elegido Juan Pablo II en 1978 había relaciones con 89 países pues Pablo VI las incrementó a esa cantidad desde las 50 que encontró al ser elegido para suceder a Juan XXIII. Hoy son relaciones con 180 estados.

El Cuerpo diplomático y el papa
Aunque la tarea de los enviados papales a los diversos países es de muchos siglos atrás, sin embargo lo del rango de embajadores es algo novedoso que no había existido nunca hasta 1815 en el Congreso de Viena (ayer tarde). Luego en 1961 la Convención también en Viena mantuvo el privilegio de ser los decanos en ciertos países.

Alumnos de la Pontificia Academia Eclesiástica
La Pontificia Academia Eclesiástica que forma a los futuros nuncios, siempre clérigos (hoy por hoy), se erigió en 1701 (antes de ayer por la tarde). Allí donde no hay relación diplomática entre un Estado y el Vaticano, el papel del nuncio lo realiza el llamado Delegado apostólico aunque no goza de inmunidad diplomática ni de ninguna otra prerrogativa o privilegio.

Hoy el Vaticano es una Estado - Ciudad desde el principio del siglo XX (ayer noche) cuando se recuperó un poquito de territorio tras la pérdida de los estados pontificios en tiempos de Pío IX. Históricamente habían sido unos cuantos estados italianos desde el año 756 aunque, como no existe la generación espontánea, todo procede de algo pequeño y anterior sembrado sin la apariencia que tendrá al irse desarrollando como ocurre con las semillas y la planta o árbol que brota de ella.

Ya en enero de 2010 colgué un post sobre si el Vaticano debe seguir siendo o no un estado porque en 2009 se celebró el 80 aniversario del Estado-Ciudad y Correos vaticano editó un sello con los siete papa que desde 1922 han sido los jefes de Estado.

cuadro de la Donación de Constantino
Constituida la diócesis (que decimos hoy) de Roma, su obispo fue recibiendo donaciones de terrenos y edificios. Lo triste es que aceptara los regalos. Las primeras posesiones se las llamó Patrimonio de san Pedro. Ya Constantino regaló al papa “entonces reinante” Silvestre el palacio lateranense aunque no era suyo sino de su mujer.

En el 554, el emperador Justiniano, con la Pragmática Sanción, confería prerrogativas civiles y políticas al papa, cosa que nunca antes había ocurrido. Luego se le permitió además formar una fuerza militar, constituyendo un respetable ejército y el papa pasó a ser (nunca antes visto) pontífice-caudillo. ¡Cuán lejos iba quedando el Evangelio!

Entonces bastantes papas procedían de las clases dominantes romanas y simultaneaban el mando en la Iglesia y el de gobernador civil. Un ejemplo notorio es san Ambrosio, arzobispo en Milán (+397), hijo del gobernador del sur de Francia, fue gobernador en el norte de Italia, la Emilia y Liguria, con sede en Milán y fue allí aclamado obispo sin estar bautizado. Luego el papa san Gregorio I, llamado el magno (590-604), que procedía de familia de patricios. Todo el gran patrimonio de fincas en varios lugares de Italia que heredó de su padre lo convirtió en monasterios que serán las semillas de los futuros aunque no muy lejanos Estados pontificios en buena parte de la península itálica. Todavía en el siglo XVII san Juan de Ribera (+1611), hijo del virrey de Nápoles, fue a la vez el obispo de Valencia y virrey de Valencia.

El nombre legal de Estados pontificios se debe al papa Esteban II al empezar la segunda mitad del siglo VIII (hacia el 756) y todo por razones políticas entre Occidente y el oriental Imperio bizantino. Nada que ver con el Evangelio y con la misión de la Iglesia fundada por Cristo.

Esteban II (no te lo pierdas) exhibió un documento convenientemente falsificado por la Curia romana llamado luego «Donación de Constantino». Según este simulado protocolo (de cuya falsedad hoy no existe ninguna duda, pues ya quedó demostrada en el siglo XV), Constantino habría cedido al papa Silvestre I, para sí y sus sucesores, no ya el palacio de Letrán, lo que en efecto hizo, sino la posesión de toda Italia y la dignidad imperial. Pipino no cayó en la trampa de la ambición papal.

Actual plano de la ciudad Vaticano
El papa Inocencio III (1198-1216) dio un impulso decisivo a la consolidación y engrandecimiento de los Estados Pontificios. Sometió definitivamente al estamento municipal romano, privó de poderes al senado de la urbe y recuperó el pleno dominio de aquellos territorios pertenecientes al Patrimonio de san Pedro que el emperador había entregado a mandatarios germánicos. Por la fuerza de las armas, precedida de la excomunión eclesiástica, incautó los territorios en litigio que habían constituido las posesiones de la condesa Matilde de Toscana y que, presumiblemente, habían sido legados como herencia a la Santa Sede.

Tal como entiendo la fidelidad a Cristo, no me basta que la llamada Santa Sede se haya instalado en una ciudad-estado, y detesto el presumir de ser la más pequeña del mundo con sus 44 ha dentro de Roma.

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