Encuentro
histórico entre Kirill y Francisco
Kirill y Raúl Castro |
Hay sintonía pues Cuba fue sostenida y patrocinada durante décadas por la entonces URSS y ahora parece irse marchando la niebla que tapaba la dimensión espiritual y religiosa de ambos países para no atentarla sino aprovecharla como –desgraciadamente- siempre se viene viviendo en la humanidad.
El Patriarca Bartolomé y el Papa Francisco |
Ya
colgué un post al respecto en enero de 2012 donde expuse que las iglesias ortodoxas, como son autocéfalas, tienen que
gestionar el ecumenismo cada una por su cuenta. En general ninguna de ellas se
anima a dar los pasos necesarios también por sus problemas internos. Durante
una Solemne Liturgia en febrero de 1996 en la catedral moscovita, el patriarcado
de Moscú suspendió sus relaciones con la sede de Constantinopla -sin llegar al
cisma formal- debido al conflicto con la Iglesia ortodoxa de Estonia.
Sinaxis de los ortodoxos |
De todos modos, es fantástica la noticia que nos llega de que ellos
han anunciado un Sagrado y Gran Sínodo panortodoxo para este año 2016. La
convocatoria fue hecha por la Sinaxis de todas las iglesias autocéfalas
ortodoxas que tuvo lugar en Estambul en marzo de 2014. La
historia enseña que esas iglesias ortodoxas autocéfalas no se reunían desde hacía
mil años (¡). Parece que no será solo para verse las caras y con buena voluntad
puede concretarse algún objetivo común a todas ellas para iniciar su unidad
cristiana.
En
aquella Sinaxis el Patriarca Kirill (Cirilo) de Moscú mantuvo en vilo a la asamblea manifestando en primer lugar que le parecía inapropiado celebrar la
reunión durante la Cuaresma. Luego alegó que el sitio, la iglesia de santa
Irene, la antigua catedral de Estambul donde tuvo lugar el 2º Concilio
ecuménico, era un museo con elementos del Islam y no parecía el lugar adecuado.
Luego cedió y se pudo convocar el Sagrado y Gran Sínodo.
Kirill |
Se espera que en el Gran Sínodo entren en el debate los
logros de la «Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico entre la
Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa», que comenzó a trabajar en 1979 y
llevan ya 11 reuniones.
Con
ellos, como con los demás cristianos, el ecumenismo va dando sus pasitos ya que
a la gracia divina y a la acción del Espíritu Santo hay que añadir la
correspondencia humana. Hay que vencer el amor propio, la vanidad, el orgullo y
demás defectos (que tenemos todos) y además restañar las heridas causadas en
estos siglos pasados y restaurada la justicia sin mirar para otro lado, sin
decir que aquí no ha pasado nada, etc. Ya Juan Pablo II y Benedicto XVI,
siguiendo la dinámica de Pablo VI, hicieron bastantes cosas de cara a la unidad
pero quizá falte el toque de gracia que derrumbe el muro que separa.
Evidentemente
el restablecer la unidad entre las Iglesias católica y la ortodoxa es algo muy
distinto al llamado retorno de la Iglesia católica Cilicia de los Armenios que
tuvo lugar el
pasado 7 de septiembre de 2015 durante la Misa celebrada en la capilla de la
residencia Santa Marta en el Vaticano. Los ortodoxos, así como los luteranos,
anglicanos, etc., no han de retornar pues la unidad no es uniformidad. La
unidad solo se da en la pluralidad. El acto fue conceder la Ecclesiastica Communio solicitada en conformidad
con el canon 76§2 confirmando así el retorno que su beatitud Grégorie Pierre XX
había solicitado meses antes, tras su elección como patriarca por el Sínodo de
esa Iglesia Patriarcal.
Sagrada Liturgia ortodoxa |
De
todas maneras, a la vez que crece la ilusión por lograr la unidad de los
cristianos, que es un imperativo de Cristo, me retrae el hecho de verles por la
tele -en el funeral del papa Wojtyla y otros momentos-, con tanto lujo
ornamental, tantas tiaras, báculos, anillos … de oro. Esos modales o disfraces
no se justifican con el Evangelio en la mano así como tampoco, ni mucho menos,
la confusa aleación de esa jerarquía con el poder civil.
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