viernes, 5 de marzo de 2010

EL FEMINISMO

En todos lados cuecen habas
Los derechos de la mujer
En busca de la igualdad de género
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En New York  tuvo lugar “Pekín+15”, conferencia sobre la mujer evaluando los resultados de los acuerdos en la Conferencia de Pekín quince años antes.Juan Pablo II escribió que "«Llega la hora, ha llegado la hora en que la vocación de la mujer se cumple en plenitud, la hora en que la mujer adquiere en el mundo una influencia, un peso, un poder jamás alcanzados hasta ahora». Las palabras de este Mensaje resumen lo que ya se había expresado en el Concilio Vaticano II. Similares tomas de posición habían manifestado Pío XII y Juan XXIII" (carta apostólica Mulieris dignitatem, 15-VIII-1988).

En todos lados cuecen habas


El feminismo es un movimiento surgido al final del siglo XVIII, principios del XIX, en el Occidente cristiano para reclamar los derechos sobre todo sociales de las mujeres, evidentemente discriminadas. En cada momento de la historia se encuentra alguna mujer protagonista pero la excepción confirma la regla. 


En 1791 Olympe de Gouges hizo la "Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana", como contra-partida a los "Derechos del Hombre y el Ciudadano" creados tras la Revolución Francesa. Pero la casual coincidencia de que en ninguna parte hayan sido respetadas, plantea una pregunta obvia: ¿por qué siempre y en todas partes?

En Dios la mujer es tan importante como el varón; contó con una mujer, María de Nazaret, su Madre, para que, entre ambos, se desarrollara la historia de la salvación de toda la humanidad.


Las culturas y religiones brotadas aquí y allá mientras la humanidad crecía y se extendía por el planeta Tierra han ido viviendo diversos grados de machismo. En el hinduismo se echaba a la viuda a la pira con el cadáver de su marido; hoy lo prohíbe la ley pero se sigue haciendo en varios Estados de la India porque es como lo han hecho siempre.

Buda no quería fundar monasterios femeninos hasta que le convenció su suegra.

El papel de la mujer en el islamismo es conocido en todo el mundo enseñando que están convencidos de que es incompatible con su religión. Se rechaza porque no está explícitamente en el Corán o en la Sunna.

La actriz Jane Fonda arremetía contra Hollywood porque sólo el 7% de las películas más taquilleras son de una directora. La cosa sigue como hace 20 años y el panorama lo ve desconsolador.

La logia francesa del Gran Oriente, fundada en 1773, discutió por primera vez la apertura a mujeres en 1901. En 2009 se votó en contra de su ingreso aunque en 2004 toleraron la adopción de parejas homosexuales. Ahora tienen en sus filas a un transexual y su status femenino provoca desconcierto pues ingresó como varón.

Después de un milenio y medio empezó a brotar el interés por la mujer en el mundo cristiano para recuperar la interrumpida praxis evangélica.


Los derechos de las mujeres

En el calvario había siete mujeres y sólo un varón, Juan; suele ser el porcentaje de la comunidad cristiana y sin embargo durante siglos han estado marginadas, despreciadas, infravaloradas, deshumanizadas. Desde el principio de la humanidad, en Adán y Eva, Dios creador avisó el machismo que se dará a lo largo de la historia si el hombre se "deja llevar" por su naturaleza herida, enferma, destartalada por el pecado. 


En la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer en Pekín en 1995 intervino, por primera vez en la historia como portavoz del Vaticano, Mary Ann Glendon, madre y abuela además de profesora de Derecho de la Universidad Harvard. Dos años después participó en el Congreso Teológico Pastoral (octubre 1997) previo al II Encuentro Mundial de las Familias (noviembre 1997) organizado por el Consejo Pontificio para la Familia, que presidía el cardenal colombiano Alfonso López Trujillo.

En junio de 1997 se celebró una sesión especial de la Asamblea General de Naciones Unidas para evaluar los resultados del plan de acción acordado en la Conferencia de Medio Ambiente de Río de Janeiro de 1992, la Cumbre de la Tierra. 

El informe del Secretario General decía que se ha de crear “un estilo de vida moralmente responsable y sustentable” que incluye “la implantación de las recomendaciones de la IV Conferencia Mundial de Pekín sobre la Mujer” que quieren ser los fundamentos de las “obligaciones” de la nueva civilización que están preparando.


Los derechos de la mujer que han de reconocerse universalmente no son los derivados de una mentalidad que quiere hacer que la mujer deje de ser mujer. 

No hace falta preguntar a un@ transexual en qué radica la diferencia y complementariedad entre el varón y la hembra.


Los derechos de la mujer no se agotan con que puedan votar, ni que sean el 50% de participación en los cargos de gobiernos políticos o empresariales, lo cual es de risa ya que, en tal caso, la ley prohíbe que algún día fueran el 60 ó 70 ó 80%.

En busca de la igualdad de género

Del dicho al hecho hay un trecho, dice el refrán. Teóricamente empieza a estar clara la igualdad y la diferenciación del hombre como varón y mujer. Evidentemente costará desarraigar la mentalidad que también difundía san Agustín de que la mujer sólo es útil para engendrar, pero se van dando pasos mientras Dios no deja de colocar sus anuncios durante el devenir de la historia humana. 


Dios no actúa interviniendo ordinariamente en vivo y en directo porque ha querido correr el riesgo de la libertad del hombre y espera que lea los signos de los tiempos, las señales enviadas del cielo para encontrar el camino.


En el Pueblo de Israel las mujeres pintaban más o menos como en las demás religiones o culturas del planeta. Es interesante fijar la atención en el mimetismo también en esto, entre Asia, África y América. No parece que en el hinduismo, en el budismo, en el mundo inca haya sido normal el protagonismo femenino, menos en el mundo griego o en el Imperio romano, persa o egipcio. Pero en el pueblo de Dios no han faltado a lo largo de los siglos del Antiguo Testamento mujeres como “Sara, Rebeca, Raquel, Miriam, Débora, Ana, Judit y Ester; de ellas la figura más pura de esta esperanza es María" (CEC, 64).


En el tercer milenio de la era cristiana vemos como los cristianos “evangelistas” se acaban de llevar un disgusto con su obispa de Hannover que dimitió porque había sido multada al conducir su coche triplicando el límite de alcoholemia permitido.

Los anglicanos (hasta ahora los más próximos teóricamente al catolicismo) con el Sínodo de la Iglesia de Inglaterra, en noviembre de1992, decidían institucionalizar el sacerdocio femenino mientras Juan Pablo II escribió al primado anglicano Robert Runcie (8-XII-1988) que tal decisión podía “bloquear el camino hacia el mutuo reconocimiento de los ministerios”. Canadá, Nueva Zelanda y USA, en una década, elevaron a 11 mujeres al rango de obispos.


Ese paso de los anglicanos -hecho efectivo el 12 de marzo de 1994 con la primera ordenación de mujeres- supuso, sin embargo, el escándalo para muchos de sus obispos y pastores que decidieron, en su cabeza y en su corazón, pedir la entrada en la Iglesia católica con toda su comunidad. 


En la Iglesia romana la teoría empieza a estar clara tras la luz del Espíritu Santo con el Concilio Vaticano II. Juan Pablo II, tras el correspondiente Sínodo de los Obispos para tratar sobre los laicos y evaluar las indicaciones conciliares, en Christefidelis laici escribió: “Ante la mirada iluminada por la fe, se descubre un grandioso panorama: el de tantos y tantos fieles laicos (...) hombres y mujeres que, precisamente en la vida y actividades de cada jornada, son los obreros incansables que trabajan en la viña del Señor" (ChL 17). 


Obreros incansables es una frase políticamente correcta pero habrá que ponerle el cascabel al gato. Teóricamente la idea se repite aquí y allí pero conviene que no se quede en los papeles y sea vida cuanto antes.

El CIC también aporta lo suyo pues regula la capacidad de l@s laic@s para formar parte de consejos (c 228), para cooperar en la potestad de régimen (c 129), para enseñar ciencias sagradas (c 230-231), ser catequistas (cc 776 y 1064), ser ecónom@s de diócesis y para administrar bienes eclesiales (cc 494 y 1282), para colaborar en el poder judicial como jueces diocesanos, auditores de causas, defensores del vínculo (cc 1421, 1424, 1428 y 1434), etc.

Hoy en la Santa Sede ya empieza a contar algo la mujer pues Benedicto XVI ha nombrado a dos de ellas subsecretarias de algún organismo vaticano. Hay muchas, pero en trabajos serviles. Mary Anna Glendon es la cabeza de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales. Dos, sor Sara Burtler y Bárbara Hallenslebeng, fueron nombradas por Juan Pablo II en la Comisión Teológica Internacional. Flaminia Giovanelli subsecretaria de la Comisión Justicia y Paz donde la mitad de los empleados son mujeres. 


En los últimos 30 años el porcentaje femenino aumentaba del 11 al 22% aunque sigue sin haber ninguna en sectores como los tribunales o en la diplomacia. Benedicto XVI rompió el record de mujeres expertas y consultoras en el Sínodo de Obispos de 2007. Un obispo africano, en el Sínodo sobre África, propuso nombrar mujeres cardenales laicas y que pudieran votar para la elección del Papa pero todos miraban para otro lado. En el 2006 la Guardia Suiza cumplió su 500 aniversario y se plantearon admitir mujeres aunque, para que a nadie le de un síncope, se dijo que a largo plazo, para el 2345 o así.

El caminar en la historia es lento y no siempre se va al paso de Dios. Jesús de Nazaret dejó clara la lección acerca de lo femenino pero su enseñanza duró no más de 3 siglos. Luego vino el machismo eclesial por parte de los eclesiásticos aunque el Espíritu no ha dejado de suscitar la verdad divina. 
Walburga, benedictina, fundadora de la abadía de Heidenhei (+779 con 69 años), hija de san Ricardo (rey sajón) y de Winna, hermana de los santos Bonifacio, Willibaldo y Winibaldo, fue la primera mujer escritora de Inglaterra y Alemania por sus escritos sobre sus hermanos. Fue a Maguncia a colaborar con otras monjas llamadas por san Bonifacio que fue el primer monje que utilizó mujeres colaboradoras.


En el cambio de milenio aparece santa Clara (+1253 con 60 años), paisana de Francisco de Asís y que quiere vivir su espíritu “mendicante”, no quiere ser monja, no quiere estar encerrada en un monasterio, lejos del pueblo, en el yermo, pero a Clara la envían a la clausura, que es “lo que se ha hecho siempre” (hasta ahora). 


Pasan los siglos y Dios no se desanima y sigue enviando signos de los tiempos: Ángela de Mérici (+1540 con 66 años), terciaria franciscana, fundadora de las ursulinas, la primera institución femenina dedicada a la enseñanza, que revolucionó lo que se hacía siempre y se dedicó a la enseñanza de niñas pobres; la educación todavía entonces era sólo para los hombres de familias distinguidas y que se preparaban para la milicia o la diplomacia. Anticipó un nuevo modo de vida en la Iglesia: una Comunidad de mujeres seglares, sin votos ni hábito; vírgenes en el mundo aunque san Carlos Borromeo, muy amigo de la uniformidad, les aconsejó que adoptaran las normas conventuales. Su status eclesial no encontrará el adecuado sitio jurídico hasta el siglo XX.

El siglo XIX fue una centuria con una explosión inmensa de fundaciones religiosas para tareas de acción pastoral en misiones y en la enseñanza; más bien muy pocas dedicadas al culto. Un porcentaje inmenso fue fundado por franceses o francesas en donde llegó a haber 30.000 religiosos masculinos y 128.000 mujeres
, especialmente dedicadas a la enseñanza del Catecismo y de la Religión en las escuelas, actividad inventada por la Emperatriz María Teresa que en 1777 fichó a un clérigo para que lo organizara en sus dominios. Se llamó "el siglo de las monjas" y alguno, con cierta ironía, decía que ni el buen Dios sabe cuántas Congregaciones existen.

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