Cada 22 marzo
El Día mundial del
agua fue propuesto por la ONU en 1992 sabiendo que el agua es el elemento
básico para la vida humana, animal y vegetal en el “planeta azul” y es lo que
se busca en otros planetas para encontrar justificar que los humanos no estamos
solos en este cosmos.
Hoy
hay más de 844 millones de personas en todo el mundo que no tienen acceso al agua
potable y más de dos mil millones que no tienen acceso a saneamientos adecuados. El
informe presentado en marzo de 2018 dice que hay 3.600 millones de personas en el planeta
(casi la mitad de la población mundial) que viven en áreas en riesgo de sufrir
escasez de agua al menos un mes al año. En 2050, esa población en zonas de
riesgo podría llegar a alcanzar entre 4.800 y 5.700 millones.
Un informe
del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD fundado en 1965)
señala que de los últimos 50 países con el Índice de Desarrollo más bajo, 40
son africanos. En ese continente viven cerca de 936 millones de personas, de
ellas 300 millones no tienen acceso al agua potable y 313 millones, carecen de
servicios básicos de saneamiento.
El
agua es básica, fundamental y a la vez desconcertante pues es necesaria para la vida pero también es causa de muchas muertes y guerras por querer hacerse con ella sin compartir.
El think tank Pacific Institute ha
recopilado varios centenares de conflictos relacionados con el agua a lo largo
de la historia. Uno recuerda, por ejemplo, que en el Código Hammurabi del año 1.750 aC ya incluía un listado de
negligencias a la hora de regar y leyes sobre el agua. La última entrada de ese
listado hace referencia a la guerra de Siria.
La
FAO afirma que la escasez de agua en zonas
campesinas del planeta refuerza el fenómeno migratorio.
En
octubre de 2018 la ONU publicó un
informe donde sostiene que nos queda sólo una década para
detener el cambio climático antes de empezar a tener serios problemas por la
escasez de agua.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, que presidió una sesión del Consejo de Seguridad sobre
aguas transfronterizas (VI-2017), señaló que desde
1947 se han producido 37 conflictos entre países relacionados con el agua.
“Nuestro planeta, la familia humana y la vida en todas sus formas en la Tierra
están en medio de una crisis de agua que sólo empeorará en las próximas
décadas”, dijo. “Si los patrones actuales de consumo continúan sin disminuir,
dos tercios de la población mundial se enfrentará a la escasez de agua como una
realidad diaria para 2025”, agregó Morales.
El
agua como es un problema social, también incumbe al mundo religioso y en la
vida del cristianismo no faltan “anécdotas” con ella. De todo tipo desde el
bautismo de Jesús con el agua del Jordán.
Eufrosina (†470), llamada “nuestra madre” para los
griegos, decidió vivir la virginidad, regalar todas sus joyas a los pobres y no
lavarse la cara ni siquiera con agua fría.
Francisco de Paula (†1507 con 71 años) se retiró a la
vida eremítica y con sus discípulos hizo la nueva fundación franciscana de los Mínimos
y en todos sus conventos puso una consigna de comer solamente pan, pescado,
agua y verduras.
Felipe Neri (†1595 con 80 años), sacerdote fundador del Oratorio de Roma, entregaba todos sus
haberes a los pobres, mientras él ayunaba a pan y agua.
Félix de Nicosia (†1781 con 71 años), zapatero y luego capuchino, cada
viernes de marzo ayunaba a pan y agua.
Martín I (†655) fue
arrestado por haber tomado ilegalmente la sede de Pedro (sin permiso del
emperador) y llevado a Constantinopla donde, estando encarcelado y enfermo, no
le daban las medicinas ni le dieron agua para lavarse la cara durante 47 días.
Al final fue trasladado a Crimea donde falleció por los malos tratos.
Pío V (†1572 con 68 años) fue Papa, dominico que no descuidó los intereses materiales, abasteció Roma
de agua potable, así como también favoreció la industria y hasta mantuvo las
carreras de caballo.
Mónica (†387 con 56 años), la madre de san Agustín y otros dos, Navigio
y Perpetua, ya desde niña la sirvienta de su casa le prohibió beber agua entre
comidas pues “cuando seáis mayores iréis
al vino”. Así sucedió y siendo jovencita, un día se puso a abroncar a un
obrero que se defendió llamándola “borracha”; fue tal la impresión que le causó, que decididamente vivió el consejo recibido en su infancia.
Antimo, era militar abanderado en Mauritania que por el tono religioso de una
asamblea en Cesarea, se negó a asistir portando el lábaro y se hizo sacerdote
romano y fue martirizado en Roma echándolo al agua con una piedra atada al cuello,
luego fue enterrado hasta el cuello y otras crueldades pero de todas salió
ileso.
Durante
la persecución de Nerón, del 64 al 67, tras el incendio de Roma el 18 de julio,
hubo muchos mártires y Tertuliano recordará más tarde que "Los paganos atribuyen a los cristianos cualquier calamidad pública (…) Si las aguas
del Tíber se desbordan e inundan la ciudad, si por el contrario el Nilo no se
desborda ni inunda los campos (…) ¡Los cristianos a los leones!".
En Corrientes (Argentina) veneran a
la Virgen de Itatí con una romería
junto con las barcas romeras de la Virgen de Caacupé, Patrona de Paraguay. La
leyenda atribuye a la Virgen marinera el milagro de salvar la vida al misionero
jesuita y a los aborígenes convertidos al cristianismo del ataque de nativos;
las aguas del río Yaguarí se abrieron y los rebeldes pudieron emprender la retirada.
En Caacupé estuvo el Papa Francisco en julio 2015.
Con la Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela, restaurando la talla
(III-2009) aparecieron varias sorpresas; el agua usada en los tratamientos es,
insólitamente, de pH neutro; además en los ojos de la Virgen, de 1 milímetro, se ven
al microscopio el iris, el conducto lacrimal y un pequeño punto de luz que,
maximizado, dio una figura humana con características específicas.
Magin, se le tiene por evangelizador de Tarragona en el siglo IV de quien se
dice que durante su martirio hizo brotar agua de una roca para saciar la sed de
sus verdugos.
“Quien
fuere capaz de resolver los problemas del agua, será merecedor de dos premios
Nobel, uno por la paz y otro por la ciencia”. Así se refirió el presidente
de EEUU John F. Kennedy (1979).
Durante el Seminario sobre el Derecho Humano al Agua (23-24–II-2017)
en el Vaticano, el Papa Francisco hizo esta impactante declaración: “Me pregunto si caminamos hacia
la Gran Guerra Mundial del Agua”.
En el cap 1 de la encíclica
“Alabado sea” (Laudato si, LSi), del 24-V-2015, Pentecostés, el Papa dedica unas páginas a “La cuestión del
agua” (nn 27 a 31).
Un problema
particularmente serio –escribe- es el de la
calidad del agua disponible para los pobres, que provoca muchas muertes todos
los días (LSi, 29).
Mientras se deteriora
constantemente la calidad del agua disponible, en algunos lugares avanza la
tendencia a privatizar este recurso escaso, convertido en mercancía que se
regula por las leyes del mercado (…) se advierte un derroche de agua no sólo en
países desarrollados, sino también en aquellos menos desarrollados que poseen
grandes reservas (LSi, 30).
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