martes, 16 de octubre de 2018

DE LA PEDOFILIA Y COSAS ASÍ

Una plaga de abusos



La homosexualidad o la pedofilia no explican los escándalos de abusos sexuales, asegura Karlijn Demasure, que apunta –como también el papa Francisco- al clericalismo y al déficit de formación afectivo-sexual en los seminarios. Karlijn es experta especializada en abusos y doctorada con una tesis sobre incesto en la familia.

Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada cinco mujeres ha sido abusada o agredida sexualmente, frente a uno de cada 13 varones. La proporción se invierte en la Iglesia, donde dos terceras partes de las víctimas son chicos, la mayoría adolescentes. Lo que no cambia es el género del agresor, en un 90 % masculino. También hay depredadoras, pero la violencia de las mujeres suele ser de tipo más psicológico y menos de carácter sexual.

Karlijn Demasure advierte que estos datos pueden inducir conclusiones precipitadas y erróneas, como la que identifica al sacerdote agresor con un pedófilo. Para ella, las investigaciones no prueban esto y añade que los homosexuales no abusan más que los heterosexuales.

Algunos han apuntado «erróneamente» al celibato obligatorio pero ella pone el foco en la inmadurez psicológica de los seminaristas que unida a lo que el Papa ha denominado una «cultura clericalista», sitúa al sacerdote en una especie de casta superior.

Demasure constata una importante evolución en la percepción de los abusos sexuales en la Iglesia. «En los años 80, como todavía ocurre hoy en algunos países de África, se pensaba en un pecado, que por tanto puede ser perdonado, igual que el adulterio. Por eso era frecuente trasladar al agresor a otra diócesis». Un error habitual en los obispos fue intentar resolver el problema hablando con los agresores, que «pueden resultar muy convincentes» y fingir un arrepentimiento que no es real. Desde Benedicto XVI, se entiende que se trata de crimen que, por tanto, «debe ser comunicado a las autoridades civiles».

Sobre las indicaciones actuales de Francisco y la obligatoriedad en los seminarios de la prevención, advierte Demasure, que «aunque todas las conferencias episcopales tuvieron que elaborar unas directrices y enviarlas a Roma, muchas las han dejado olvidadas después en estanterías».

Después de los clamorosos casos epidémicos de abusos por parte de clérigos, en Chile, USA, Irlanda, Alemania…, ahora salta la acusación de abusados que han perdido el miedo a denunciar a los abusadores, esta vez en Polonia. Esas víctimas han elaborado un mapa con 250 casos y afirman que es solamente la punta del iceberg. La Fundación polaca “No tengas miedo” informa que ya hay 50 sacerdotes católicos condenados por abusos sexuales a menores.

De todos modos, los abusos criminales sexuales dentro de la Iglesia católica no son algo extraño a otras iglesias o comunidades cristianas, ni a los monasterios budistas, ni dentro de cualquier actividad humana: familia, club deportivo, centro educativo o cultural, etc.

En la antigua Atenas, el sexo con sujetos prepúberes, denominado pedofilia, era castigado con condenas que podían llegar a la pena de muerte. En cambio la relación sexual entre un adulto y un joven púber se denominaba pederastia, y se consideraba como un elemento más en la relación entre un docente y su discípulo: el amor entre ambos favorecía la transmisión del saber y de las leyes ciudadanas.

En la Roma antigua, por su parte, la pederastia estaba muy difundida, pero sin las justificaciones de los griegos, y la pedofilia era también condenada.

La Comunitat Valenciana en 2017 registró 681 querellas, el 16,1 % de todas las presentadas en España - El 75 % de los procedimientos terminan archivándose por falta de pruebas, según la ONG Save the Children. El director territorial de esta ONG, Rodrigo Hernández, manifiesta que estos datos «podrían ser sólo la punta del iceberg, ya que lamentablemente se trata de una situación muy normalizada, en la que la culpa o la vergüenza hacen muy difícil que los niños y niñas se atrevan a denunciar». Pueden o no denunciar, pero cuando se deciden y lo hacen encuentran más sufrimiento y escasas consecuencias para los agresores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario