
El simplismo es un error habitual que se debe evitar pues la realidad suele ser más compleja. Si al científico le cuesta saber las causas de los fenómenos que observa, ¿cómo no lo será también para el que indaga la historia?

Es un ideal maravilloso buscar la alianza de las civilizaciones pero sin cerrar los ojos a la realidad real que nos dice que dos no hablan si uno no quiere. No será fácil el diálogo pues los cristianos satanizan a los musulmanes y el Islam condena enérgicamente el mayor pecado de todos, el politeísmo del que dicen hace gala el cristianismo por su dogma de la Trinidad, que consideran una gravísima afrenta a la Unidad de Dios. Dicen que negar el monoteísmo es el único pecado que Dios no perdona.

En dos años (632-34), el primer Califa Abu Bakr, suegro de Mahoma, sometió las tribus separadas y marchó hacia Siria y Persia. El siguiente, Omar, fue quien, en una década (634-44), construyó el imperio teocrático conquistando Damasco (635), Persia (636) y Jerusalén (638).
En otra década (644-56) fue un Omeya (Otman) quien siguió la política expansionista. Del 656 al 61 el Califa fue Alí, primo y yerno del Profeta, quien luchó contra Aixa (la viuda de Mahoma). Fue la primera guerra civil que él venció en “la batalla del caballo”, cerca de Basora (656). Ya desde entonces (661) mandaron los Omeya durante un siglo. El último fue derrotado en Gran Zab (afluente del Tigris) de donde sólo pudo escapar Abd-al-Rahman (Abderramán) quien marchó a El Andalus y fundó (756) el emirato de Córdoba cuando ya habían invadido la península en el 711.
Probablemente entonces no pocos cristianos (no había todavía católicos) cayeron en la tentación de la envidia: ¡qué bien lo hacen estos tíos! Si nosotros estamos en la verdad verdadera y tenemos el mandato de Cristo de llevar el evangelio a todas las gentes, hagamos como ellos: ¡al ataque! Se olvidaron de que el fin no justifica los medios. Ahí las cruzadas y de ahí el refrán: "¡leña al mono que es de goma!".

Este planteamiento de Samir parece demasiado optimista y positivo, como no mirando los elementos negativos que habrá en toda esa movida musulmana. Y su teoría puede perfectamente aplicarse al occidente cristiano pues coinciden todas esas características por las que el pueblo se levanta y protesta. Regímenes corruptos, gente en el paro, vivir sin decencia, no poder fundar una familia sin condiciones indignas para la especia humana del homo sapiens, etc. ¿Bastó la revolución francesa? ¿Fue suficiente la revolución industrial y la socialista?
¿Qué pasará? Ojalá se imponga la cordura, el sentido común -aunque no sea lo habitual- porque hay mucho corrupto, mucho hipócrita fariseo, mucho sinvergüenza occidental que se forra vendiendo armamentos a esas gentes que las levantan en guerra. Ojalá los musulmanes moderados, equilibrados, honrados, que son una inmensa mayoría, sin perder su identidad por presiones externas, logren saltar de un periquete de su Edad Media a la Contemporánea cruzando la Guerra de los Cien Años, la Revolución Francesa y las dos Guerras Mundiales de un tirón. ¿Es realista este deseo? Es una bocanada de aire fresco ver u oír a líderes islámicos que en sus mezquitas o en la calle movilizan a sus fieles sensatos para clamar al cielo contra los terroristas.
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