jueves, 26 de noviembre de 2015

EL ATRIO DE LOS GENTILES (2)

Hablando se entiende la gente


El "Atrio de los Gentiles" es una iniciativa del Consejo Pontificio para la Cultura secundando una sugerencia lanzada por Benedicto XVI el 21 XII-2009 ante la Curia Romana, para favorecer el diálogo entre creyentes (en lo que sea) y los no creyentes, entre la fe y la razón o la ciencia. 

Se llama así, atrio de los gentiles, emulando aquel espacio exterior del templo de Jerusalén que en tiempos de Cristo era lugar de encuentro y diálogo de judíos y no judíos (gentiles), de conocedores de la ley mosaica o no (paganos) con los sabios doctores judíos o rabinos.

En el primer encuentro, 12 febrero 2011, en el aula magna de la Universidad de Bolonia, intervino el cardenal Gianfranco Ravasi, Presidente del Consejo Pontificio para hablar de “Dios en el ateísmo”. En París fue el siguiente. Ahora en 2015, el 27 de noviembre, le toca organizar el evento a la Pontificia Universidad de Salamanca. Sigue dando la conferencia central el cardenal Ravasi, con el tema “Economía, Ética y Religión”.

En el siglo XIII llegó a la Sorbone de París Alberto Magno que, como Aristóteles, tenía mucho interés por las ciencias naturales y también por los escritos científicos del mundo islámico. Su discípulo más famoso, Tomás de Aquino, fue quien llevara a cabo la titánica tarea de reconciliar la razón y la fe. No le faltó la oposición de insignes pensadores como Guillermo de Ockam o Duns Escoto que seguían negando la confluencia de la razón con lo sobrenatural. Estaban convencidos de que Dios es inescrutable y ante él sólo cabe la sumisión.

De todos es conocida la guerra entre la fe y la razón, entre los eclesiásticos y los científicos cuando éstos empezaron a ser laicos, no clérigos ni monjes; cuando se empezaba a secularizar la cosa, tal como Dios quiere. Fue después del affaire de Galileo, durante la revolución francesa y los tiempos de la Enciclopedia con Diderot y D’Alembert. De este diálogo recientemente impulsado por Juan Pablo II ya colgué un post en mayo de 2010 titulado “diálogo entre ciencia y fe”. El papa Wojtyla en la encíclica “Fe y razón” de noviembre de 1998 dejó escrito: La fe y la razón son como dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad...

Seguimos leyendo: La exhortación “Conócete a ti mismo” estaba esculpida sobre el dintel del templo de Delfos para testimoniar una verdad fundamental: la regla mínima de todo hombre deseoso de distinguirse en medio de toda la creación calificándose como “hombre”. Una simple mirada a la historia antigua muestra con claridad cómo en distintas partes de la tierra brotan las preguntas de fondo ¿quién soy?, ¿de dónde vengo y adónde voy?, ¿qué hay después de esta vida? 

Estas mismas preguntas las encontramos en los escritos sagrados de Israel pero aparecen también en los Veda y en los Avesta; los encontramos en los escritos de Confucio y Lao-Tze y en la predicación de los Tirthankara y de Buda; así mismo se encuentran en los poemas de Homero y en las tragedias de Eurípides y Sófocles, así como en los tratados filosóficos de Platón y Aristóteles.

(…) La Sagrada Escritura, sobre todo los Libros Sapienciales, son textos donde Egipto y Mesopotamia hacen oír de nuevo su voz y algunos rasgos comunes de las culturas del antiguo Oriente reviven en estas páginas. Sin embargo el texto bíblico tiene una aportación original. Es la convicción de que hay una profunda e inseparable unidad entre el conocimiento de la razón y el de la fe. La fe no interviene para menospreciar la autonomía de la razón o para limitar su espacio de acción. La fe agudiza la mirada interior abriendo la mente. No hay pues motivo de competitividad alguna entre la razón y la fe.
(…) La Iglesia no propone una Filosofía propia ni canoniza una filosofía particular. La autonomía de que goza la Filosofía radica en el hecho de que la razón está por naturaleza orientada a la verdad. No es tarea ni competencia del Magisterio intervenir para colmar las lagunas de un razonamiento filosófico incompleto. Corresponde al Magisterio indicar los presupuestos y conclusiones incompatibles con la verdad revelada...

Aula magna de la Pontificia Universidad de Salamanca
El hecho de que la misión evangelizadora haya encontrado en su camino primero a la Filosofía griega, no significa en modo alguno que excluya otras. Mi pensamiento se dirige espontáneamente a las tierras del Oriente, ricas de tradiciones religiosas y filosóficas muy antiguas. Entre ellas, la India ocupa un lugar particular. 

Corresponde a los cristianos de hoy, sobre todo a los de la India, sacar de este rico patrimonio los elementos compatibles con su fe, de modo que enriquezcan el pensamiento cristiano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario