No
al clericalismo y sí a l@s jóvenes.
En el discurso
inaugural del Sínodo de los jóvenes, el Pontífice alertó de "la plaga del clericalismo",
que definió como "una visión
elitista y excluyente de la vocación, que interpreta el ministerio recibido
como un poder a ejercer en vez de como un servicio gratuito y generoso que
ofrecer".
Hace a los miembros
del clero "creer que pertenecen a un
grupo que posee todas las respuestas y no necesita escuchar ni aprender nada.
El
clericalismo es una perversión y la raíz de muchos males en la Iglesia".
El Papa advirtió de
ese riesgo para invitar a los 267 obispos de todo el mundo presentes
en el Sínodo a escuchar "sin
estereotipos", una conducta que a su juicio supone "un potente antídoto" contra ese peligro,
al que una asamblea como ésta, dijo, "está
inevitablemente expuesta".
Francisco señaló que la valentía para hablar debe ir
acompañada de la humildad de escuchar pues “el
Sínodo debe ser un ejercicio de diálogo”, ambas cosas “fundamentales para que el Sínodo sea un proceso de discernimiento".
Para la escucha dijo Francisco se requiere "liberar nuestras mentes y nuestros corazones de prejuicios y
estereotipos".
Como el ejercicio de discernir necesita de espacio y de
tiempo, el Papa dispuso que durante los debates, en el Pleno y en los Grupos, cada cinco intervenciones se guarden algunos
minutos de silencio "para que todos puedan prestar atención a las
resonancias que las cosas que escuchan provocan en sus corazones, profundizar y
captar lo que más les llama la atención. Esta atención a la interioridad es la
clave para realizar el camino del reconocimiento, la interpretación y la
elección".
Con los obispos sinodales hay presentes además veintitrés
expertos y una treintena de jóvenes de distintas procedencias, que participan
en esta XV Asamblea Ordinaria del Sínodo del 3 al 28 de octubre, con el lema
"Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional".
Francisco seguía diciendo: "Comprometámonos, pues, a intentar frecuentar el futuro y a sacar de
este Sínodo no sólo un documento -generalmente leído por unos pocos y criticado
por muchos-, sino sobre todo propuestas pastorales concretas, capaces de
cumplir la tarea (…) hacer brotar los sueños (…) hacer florecer la esperanza
(…) que ilumine las mentes, caliente los corazones, devuelva la fuerza a las
manos e inspire a los jóvenes -a todos los jóvenes, sin excluir a nadie- la
visión de un futuro lleno de la alegría del Evangelio".
El Papa también dijo: “Los adultos deben superar la tentación de subestimar las capacidades de
los jóvenes y juzgarlos negativamente. Un proverbio egipcio dice: «Si no hay un
anciano en tu casa, cómpralo, porque te será útil».
Leí una vez - seguía diciendo Bergoglio- que la primera mención de este hecho se remonta
al 3000 a.C. y fue encontrado en una vasija de barro de la antigua Babilonia,
donde está escrito que la juventud es inmoral y que los jóvenes no son capaces
de salvar la cultura del pueblo.
Es una vieja tradición de nosotros, los viejos. Los jóvenes,
en cambio, deberían de vencer la tentación de no escuchar a los adultos y de
considerar a los ancianos como «algo antiguo, pasado y aburrido»”.
Al
Sínodo asiste un grupo de 34 jóvenes que
piden a la Iglesia “testigos vivos” pues, dice una de ellos: “Los jóvenes
de hoy estamos en búsqueda; búsqueda del significado de la vida, búsqueda de
trabajo, búsqueda de nuestro camino o vocación, búsqueda de nuestra identidad.
Los jóvenes sueñan con la seguridad, la estabilidad y la realización personal,
de encontrar un lugar al que puedan sentir que pertenecen”.
Por su parte la
socióloga italiana Chiara Giaccardi, colaboradora del Secretario Especial en el
Sínodo, declara en la 2ª sesión de la Congregación General (jueves día 4) que ha
habido “mucha franqueza, una comunicación
franca”, y lo ha calificado como una “buena
señal” como comienzo. Ella, Catedrática de la Universidad Católica de Milán,
ha interpretado que esto significa que “no
es una Iglesia escayolada”, o edulcorada. “La mayoría de los oyentes son jóvenes, y han expresado su ideas, de
manera clara a la vez que educada”.
Dos tercios de los jóvenes del planeta viven en Asia, África,
Oceanía y buena parte de América; "no viven en el contexto euroatlántico por lo
que - explicó el presidente de la comisión de
información, Paolo Ruffini- hace falta hablar su lenguaje, lo que significa
insertarse en sus contextos".
Much@s de ell@s –manifestó Ruffini- "en esos lugares han
vivido experiencias terribles
como guerras, prostitución y trata y no pueden ser vistos como un problema por
la Iglesia; deben saber que la Iglesia es su casa. Son protagonistas".
Tras la 4ª Congregación General del Sínodo del día 5 se ha
destacado a nivel general el aspecto de “escucha” y “empatía” que los Padres
sinodales y el Papa muestran a los jóvenes,
así como el tono “realista”, franco y directo de las intervenciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario