martes, 9 de febrero de 2016

DE LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS (3)

Encuentro histórico entre Kirill y Francisco


Kirill y Raúl Castro
Con sorpresa (una más) para la mayoría, el papa Francisco se reunirá por primera vez en la historia con Kirill, el Patriarca ortodoxo de Moscú, Patriarca de todas las Rusias. Será este próximo viernes 12, en el aeropuerto cubano de La Habana, “aprovechando la casualidad” de que el Sucesor de Pedro está de viaje apostólico por México a la vez que Kirill visita toda América Latina del 11 al 22 de febrero. Saludará en la isla a Fidel y a su hermano Raúl, actual Presidente de Cuba. 

Hay sintonía pues Cuba fue sostenida y patrocinada durante décadas por la entonces URSS y ahora parece irse marchando la niebla que tapaba la dimensión espiritual y religiosa de ambos países para no atentarla sino aprovecharla como –desgraciadamente- siempre se viene viviendo en la humanidad.

El Patriarca Bartolomé y el Papa Francisco
Ya los hay que se creen que es inmediato el recuperar la unidad de la Iglesia católica con la ortodoxa que dura desde 1054 y clama al cielo.

Ya colgué un post al respecto en enero de 2012 donde expuse que las iglesias ortodoxas, como son autocéfalas, tienen que gestionar el ecumenismo cada una por su cuenta. En general ninguna de ellas se anima a dar los pasos necesarios también por sus problemas internos. Durante una Solemne Liturgia en febrero de 1996 en la catedral moscovita, el patriarcado de Moscú suspendió sus relaciones con la sede de Constantinopla -sin llegar al cisma formal- debido al conflicto con la Iglesia ortodoxa de Estonia.

Sinaxis de los ortodoxos
De todos modos, es fantástica la noticia que nos llega de que ellos han anunciado un Sagrado y Gran Sínodo panortodoxo para este año 2016. La convocatoria fue hecha por la Sinaxis de todas las iglesias autocéfalas ortodoxas que tuvo lugar en Estambul en marzo de 2014. La historia enseña que esas iglesias ortodoxas autocéfalas no se reunían desde hacía mil años (¡). Parece que no será solo para verse las caras y con buena voluntad puede concretarse algún objetivo común a todas ellas para iniciar su unidad cristiana.

En aquella Sinaxis el Patriarca Kirill (Cirilo) de Moscú mantuvo en vilo a la asamblea manifestando en primer lugar que le parecía inapropiado celebrar la reunión durante la Cuaresma. Luego alegó que el sitio, la iglesia de santa Irene, la antigua catedral de Estambul donde tuvo lugar el 2º Concilio ecuménico, era un museo con elementos del Islam y no parecía el lugar adecuado. Luego cedió y se pudo convocar el Sagrado y Gran Sínodo.

Kirill 
Se espera que en el Gran Sínodo entren en el debate los logros de la «Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa», que comenzó a trabajar en 1979 y llevan ya 11 reuniones.

Con ellos, como con los demás cristianos, el ecumenismo va dando sus pasitos ya que a la gracia divina y a la acción del Espíritu Santo hay que añadir la correspondencia humana. Hay que vencer el amor propio, la vanidad, el orgullo y demás defectos (que tenemos todos) y además restañar las heridas causadas en estos siglos pasados y restaurada la justicia sin mirar para otro lado, sin decir que aquí no ha pasado nada, etc. Ya Juan Pablo II y Benedicto XVI, siguiendo la dinámica de Pablo VI, hicieron bastantes cosas de cara a la unidad pero quizá falte el toque de gracia que derrumbe el muro que separa.

Evidentemente el restablecer la unidad entre las Iglesias católica y la ortodoxa es algo muy distinto al llamado retorno de la Iglesia católica Cilicia de los Armenios que tuvo lugar el pasado 7 de septiembre de 2015 durante la Misa celebrada en la capilla de la residencia Santa Marta en el Vaticano. Los ortodoxos, así como los luteranos, anglicanos, etc., no han de retornar pues la unidad no es uniformidad. La unidad solo se da en la pluralidad. El acto fue conceder la Ecclesiastica Communio solicitada en conformidad con el canon 76§2 confirmando así el retorno que su beatitud Grégorie Pierre XX había solicitado meses antes, tras su elección como patriarca por el Sínodo de esa Iglesia Patriarcal.

Sagrada Liturgia ortodoxa
En la Misa hubo el intercambio del pan y el vino consagrados, entre el papa Francisco y el patriarca Gregorie Pierre XX, como expresión que confirma la raíz eucarística de la comunión entre el obispo de la Iglesia de Roma, que preside en la caridad, y la Iglesia patriarcal de Cilicia de los Armenios a través de su “Caput et pater” (cabeza y padre).

De todas maneras, a la vez que crece la ilusión por lograr la unidad de los cristianos, que es un imperativo de Cristo, me retrae el hecho de verles por la tele -en el funeral del papa Wojtyla y otros momentos-, con tanto lujo ornamental, tantas tiaras, báculos, anillos … de oro. Esos modales o disfraces no se justifican con el Evangelio en la mano así como tampoco, ni mucho menos, la confusa aleación de esa jerarquía con el poder civil.

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