jueves, 17 de septiembre de 2015

PARA LA TEOLOGÍA DE LA MUJER (2)




El papa Francisco, en la Audiencia General de ayer, miércoles 16 de septiembre de 2015, la última dedicada a la catequesis sobre la familia antes del Sínodo de obispos sobre la familia, ha vuelto a reclamar una "teología de la mujer", que elimine estereotipos ofensivos. “Hay –dice el papa- muchos estereotipos, a veces incluso ofensivos, contra la mujer, que inspira el mal, como tentadora. Pero hay espacio para una teología de la mujer, que sea signo de esta bendición de Dios para ella y para su generación".

Cuán degradada debe estar la realidad eclesial y la teología para que se tenga que reclamar tal cosa; ellas no pintan nada, no existen. La Teología sino tiene una sección dedicada al varón, ¿por qué lo va a tener para ellas? No son un bicho raro o una excepción y que se quiera contentarlas si no hay más remedio.

En  mi anterior post sobre este tema en 2013, recogía el testimonio de la carmelita descalza Cristiana Dobner, y que a su vez hacía referencia al libro de Adriana Valerio titulado “Madres del Concilio: 23 mujeres en el Vaticano II” publicado en Italia en julio de 2013 al cumplirse los 50 años de la apertura del Concilio. Este próximo 8 de diciembre se celebran los 50 años de la clausura.

Para Dobner, también es necesario señalar las dos concepciones que circulan sobre la mujer: la que la considera relegada a las tareas domésticas y de ayuda de bajo perfil, y la que la considera en toda su potencialidad de inteligencia y ayuda.

Juan Pablo II y Benedicto XVI hicieron referencia al papel de la mujer en la Iglesia y en el mundo. El papa Wojtyla les escribió una carta en junio de 1995 y otra Carta apostólica en agosto de 1988. Ambos pontífices hacían referencia a la dignidad y a la vocación de la mujer pero sin salirse -en la práctica- de los límites encorsetados de la maternidad como única acción digna a la que están llamadas. Ellas parecen metidas en jaulas como los animales en un zoo.

Benedicto XVI en febrero de 2008 habló de ellas en el discurso al Congreso Internacional que conmemoraba la Carta apostólica de su antecesor sobre “la dignidad de la mujer”. Luego en marzo de 2009 se refirió a ellas en el discurso un domingo por la tarde en la parroquia de san Antonio de Luanda.           

Anteriormente al inaugurar en el santuario mariano brasileiro de Aparecida la Quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, en abril de 2007 quiso recordar que “
todavía hoy persiste una mentalidad machista, que ignora la novedad del cristianismo, que reconoce y proclama la igual dignidad y responsabilidad de la mujer con respecto al hombre. Hay lugares y culturas en los que la mujer es discriminada y minusvalorada sólo por el hecho de ser mujer”. Recuerdo el refrán que dice: "obras son amores y no buenas razones".
Para esa teología de la mujer pendiente de ser escrita hay ya unos cuantos párrafos escritos de la teoría pero sobre todo conviene que se vean hechos en la vida real para que esos testimonios magisteriales sean creíbles.

La “teología de la mujer” tiene también que reconocer que su femenina misión divina no se agota con las 700 mil monjas, religiosas o consagradas que hay actualmente y que el ojo teológico ve como un porcentaje insignificante comparado con el total de mujeres laicas o seglares, bautizadas, casadas, solteras o viudas, y que rondan unas 650 millones, la mitad del total de católicos que señala el Anuario Pontificio.

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